La fimosis

viernes, 5 de noviembre de 2010


Hay que dar un margen de tiempo a la naturaleza por si el problema se soluciona sin cirugía.
Aunque asustan un poco a los padres, la mayoría de estas anomalías no reviste gravedad.

Además, tienen las ventaja de que se detectan enseguida e, incluso, muchas veces se corrigen solas.

Hay algunas ocasiones en las que resulta inevitable intervenir, pero la cirugía suele ser sencilla y los posoperatorios, bastante llevaderos. El médico más indicado para resolverlas es el urólogo o cirujano infantil.

FIMOSIS

El prepucio presenta un orificio demasiado estrecho que impide la retracción de la piel y la liberación del glande.

Los bebés nacen con adherencias en el prepucio en el 85 por ciento de los casos, pero esto no se considera una enfermedad, sino una situación fisiológica. Generalmente, la piel se va soltando poco a poco.

Si hacia los tres o cuatro años persiste, el médico ya puede diagnosticar fimosis. La fimosis produce un exceso de secreciones que constituyen un medio excelente para el desarrollo de gérmenes. Por eso, los pequeños que la padecen suelen manifestar una mayor propensión a las balani-tis (infecciones del prepucio). higiene: Requiere cierta dedicación. Los padres deben asegurarse de eliminar todas las secreciones.

Para hacerlo correctamente, a partir de los 2 años, cada día y durante el baño deslizarán la piel del prepucio hacia atrás con suavidad, sin forzar en absoluto la maniobra.

Operacion: Sencilla, hoy en día los especialistas procuran evitar la extirpación íntegra del prepucio. En general, sólo se suprime del todo cuando el chico no tiene el hábito de asearse de manera adecuada. A veces se realiza una pre-pucioplastia (una incisión en lo alto del prepucio) y otras, una circuncisión parcial (un pequeño corte que disminuye el tamaño del prepucio sin llegar a eliminarlo del todo).

Estas intervenciones no resultan desagradables. Hay que dormir a los pacientes con anestesia general, pero abandonan el hospital unas horas más tarde. Para disminuir las molestias del posoperatorio, los médicos prescriben una crema anestésica. Los puntos se caen solos.

Es desaconsejable intentar evitar la circuncisión despegando el prepucio a la fuerza, ya que puede producir lesiones serias al pequeño edad recomendada: A partir de los tres años. Si el chiquito padece muchas infecciones, cabe la posibilidad de intervenir antes. El problema debería estar resuelto de forma definitiva antes de la adolescencia para evitarle dificultades cuando mantenga relaciones sexuales.

Fuente padre-familia.com

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