Cómo subir la tensión arterial baja

domingo, 10 de noviembre de 2013

 Te damos algunas recomendaciones para que descubras cómo evitar el descenso de la presión arterial y puedas mejorar tu condición 

La hipertensión o presión arterial alta es uno de los factores de riesgo cardiovascular, pero la hipotensión o tensión arterial baja también puede constituir un serio problema para nuestra salud. Al disminuir el flujo sanguíneo, el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre, por lo que podríamos sufrir mareos, dolores de cabeza, debilidad de piernas y rodillas, sensación de vértigo, fatiga y cansancio generalizado.

La presión sanguínea se considera baja cuando está por debajo de 90/60, pero estas cifras no afectan a todo el mundo por igual. Hay personas que tienen lecturas de presión arterial siempre bajas y no experimentan ninguna molestia o síntoma. Las causas de la hipotensión son múltiples y van desde la ingesta de ciertos fármacos, mala alimentación, problemas cardíacos y hemorragias hasta enfermedades como la diabetes, entre otras.

En caso de sufrir desmayos o desvanecimientos con frecuencia o si los síntomas de la hipotensión dificultan su calidad de vida, el paciente debe acudir al médico de inmediato. Aunque sea imprescindible consultar a un especialista si te sientes mareado o tienes palpitaciones y sensación de debilidad general, te ofreceremos algunos consejos para que descubras cómo subir la tensión arterial baja. Ante todo, la clave está en detectar la causa del problema, ya que la hipotensión puede obedecer a enfermedades graves o infecciones severas.

Para evitar que la presión arterial caiga en picado o baje demasiado hay que mantenerse lejos de climas y entornos muy calurosos. Dado que la deshidratación puede desencadenar una disminución importante de la presión, se requiere tomar entre 2 y 3 litros de agua al día. En la medida de lo posible conviene evitar el alcohol y reemplazarlo por bebidas que benefician la presión arterial en cantidades moderadas, como por ejemplo el café y el té.

Si añades más frutas y verduras a tu dieta, te beneficiarás de sus nutrientes y vitaminas manteniéndote a su vez hidratado. Cuando la presión arterial baja de manera repentina podemos recurrir a un remedio casero que consiste en tomar un vaso de agua con una cucharada de sal en momentos puntuales. El jengibre, el ginseng y el polen contribuyen a elevar la presión arterial, pero alimentos como el alga espirulina, la levadura de cerveza, la remolacha o el sésamo también te beneficiarán en este sentido.

Estas recomendaciones pueden servirte para evitar descensos de la presión arterial y mejorar tu condición, pero recuerda que en casos persistentes e intensos el médico será el encargado de recetar los fármacos necesarios para subir la presión arterial. La prevención es la mejor medida, así que procura controlar regularmente tu presión arterial en la farmacia o la consulta médica y llevar una dieta sana rica en minerales y vitamina E.

Via muyenforma.com

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