Alertan de los trastornos del sueño 'ocultos' en menores enganchados a WhatsApp

miércoles, 14 de octubre de 2015

El 42% de los niños con problemas de insomnio atendidos por pediatras utiliza aparatos tecnológicos antes de irse a dormir

Niños y adolescentes hasta altas horas de la madrugada enganchados a WhatsApp. Noches en vela y sin descansar que provocan falta de rendimiento escolar, hiperactividad y una cierta tendencia agresiva. La aplicación para chatear desde la web tiene a muchos menores despiertos por la noche. Un trastorno del sueño que está ahí, latente, pero sin diagnosticar, y en una época donde ya de por sí los hábitos de dormir se han perdido.

«Los críos, en general, están durmiendo peor», asegura el doctor Eusebi Chiner, jefe de Sección de Neumología del Hospital de Sant Joan. A la Unidad del Sueño no han recibido el llamado 'insomnio tecnológico' vinculado al uso abusivo a internet antes de dormir, pero eso no quiere decir que no exista y ni mucho menos que no vaya a llegar la demanda.

«Probablemente la patología asociada a nuevas tecnologías está infradiagnosticada, además de que WhatsApp está socialmente admitido y es relativamente reciente. Puede que estemos viviendo ahora la parte más oculta y en cuatro o cinco años tengamos las consecuencias cuando estos adolescentes sean más mayores o los niños, adolescentes y se haya perpetuado más», advierte.

Todavía no hay estudios sobre la influencia e impacto de WhatsApp en la salud de los menores. La popularización de esta plataforma de mensajería lleva muy pocos años en marcha. Sin embargo, el especialista se muestra convenido de que ya hay casos de trastorno sin diagnosticar. «Cuando vienen a una unidad del sueño generalmente es porque se trata de un problema crónico que se arrastra tiempo, es la punta del iceberg. Si a veces cuesta que los padres lleven a un crío al psicólogo, aún más a una unidad del sueño», apunta. Un informe de la Conselleria de Sanidad con datos recogidos por pediatras de centros de salud de la Comunitat adscritos a la Red Centinela reflejan el impacto de las tablets y ordenadores. El 42% de los menores atendidos por trastornos del sueño el pasado año usaba aparatos tecnológicos antes de dormir.

Microdespertares

Según el neumólogo, «el uso de ordenadores por la noche, por el tipo de frecuencia de muestreo de las pantallas es capaz de generar un estado de hiperexcitabilidad, que por el estímulo de la luz provoca alteraciones en la estructura del sueño con la consecuencia del insomnio. De entre todos los aparatos tecnológicos que están al alcance de los menores destaca WhatsApp.

Sin vigilancia de los padres y solos en la habitación, niños y adolescentes tiene la sensación de una privacidad, hay quienes se pasan toda la noche recibiendo mensajes y chateando, y aunque no se levanten a leerlos tienen sus consecuencias. «Puede suponer estímulos repetidos y provocar microdespertares que acaban en un despertar grande, que es lo que muchas veces entrecorta la arquitectura del sueño y es una de las causas de la somnolencia diurna», alerta el especialista, quien añade que, además de la somnolencia, otras consecuencias son un menor rendimiento escolar, cierta tendencia agresiva, más hiperactividad que pasividad y siestas en el sofá fuera de hora.

Los buenos hábitos de dormir «se han perdido totalmente» como ver la televisión junto a la familia o leer un libro antes de apagar la luz, una buena terapia esta última para conciliar el sueño. El doctor Chiner apunta que cuando un joven se retira pronto a su habitación «casi nunca es por casualidad ni porque van a irse a dormir rápidamente, es porque quieren estar tranquilos y darle a la maquinita».

Vigilar los hábitos de los hijos, silenciar los móviles o desactivar el wifi son algunas de las recomendaciones así como no utilizarlo una hora antes de dormir.

De hecho, según resalta, hay familias que ya están haciendo una terapia de esfuerzo y dejan el teléfono móvil fuera de su alcance al llegar a casa. «Esto es un ejercicio que debería hacer toda la familia y no solo los adolescentes, hay que estar encima de los hijos, que sepan que los móviles son solo instrumentos a nuestro servicio y que no estamos nosotros a su servicio», recuerda.

Via laverdad.es

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