La calidad del sueño no sólo se mide en tiempo total, si no también en las interrupciones

martes, 19 de enero de 2016

La calidad del sueño no se mide únicamente por la horas de sueño que se han tenido, si no que también hay que tener en cuenta las veces que nos levantamos durante la noche. Un estudio reciente ha determino que despertarse durante la noche en varias ocasiones puede empeorar el humor de una persona y generar dificultades en su capacidad de concentración y pensamiento.

La calidad del sueño empeora por las interrupciones nocturnas

El sueño, y sobre todo la calidad del sueño, es una de las áreas claves que hay que cuidar para prevenir el deterioro cognitivo acelerado así como para mantener nuestras capacidades cognitivas en condiciones óptimas. Las recomendaciones generales para una persona adulta son dormir de forma continua entre 7 y 8 horas en un ambiente que cumpla con las condiciones necesarias para un buen descanso.

Según ha evidenciado una nueva investigación publicada en la revista “SLEEP” en noviembre de 2015, levantarse en medio de la noche varias veces para atender a un bebé que llora o ir al baño impacta en nuestro estado de ánimo y habilidades cognitivas al día siguiente.

El propósito de este estudio fue probar los efectos de la perturbación de la continuidad del descanso en la calidad del sueño y en el estado de ánimo de los participantes, con el fin de comprender mejor los mecanismos que vinculan el insomnio y la depresión, ambos factores de riesgo que aceleran el deterioro cognitivo y la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Con este objetivo, se seleccionaron a 62 voluntarios sanos que tenían buenas rutinas de sueño. Los participantes fueron asignados al azar a tres grupos: un grupo cuyo sueño fue interrumpido en varias ocasiones; un grupo cuya hora de dormir se retrasó; y un grupo control.

A los voluntarios de los 3 grupos se les concedió ocho horas para dormir en el laboratorio durante tres noches consecutivas. Los participantes asignados al grupo de las interrupciones fueron despertados cada hora durante 20 minutos en siete de las ocho horas que disponían. Así, los resultado mostraron que los estados de ánimo de los participantes de ambos grupos, el de las interrupciones y al que se le retrasó la hora de acostarse, cayeron después de la primera noche. Además los participantes del grupo de las interrupciones siguieron mostrando una disminución en su estado de ánimo en los siguientes días, mientras que el estado de ánimo de aquellos que estaban en grupo de retraso de la hora de acostarse se estabilizó a los tres días.

“Esta es una evidencia inicial de que el sueño ininterrumpido, incluso si el tiempo es más corto de lo acostumbrado, es menos perjudicial para el estado de ánimo que las interrupciones del sueño durante la noche “, comentaba el Dr. Finan, el autor principal del estudio y profesor asistente de psiquiatría y ciencias conductuales en la Escuela de Medicina.

Por ello, si reconocemos algún patrón que se repite durante la noche, y puede interferir en nuestra calidad del sueño, es importante trabajarlo y ponerle solución, para evitar que nuestro estado de ánimo y nuestras habilidades cognitivas se vean afectadas durante los siguientes días. Podemos trabajar estas perturbaciones a través de las medidas de higiene, que impactan en la calidad del sueño y que nos aportan una metodología a nuestra rutina del sueño, así como con técnicas y ejercicios más específicos para problemas a la hora de conciliar el sueño.

Fuente: cogniland.com

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