Cómo es la técnica japonesa para vivir hasta los 100 años

lunes, 20 de febrero de 2017

Una periodista viajó al país oriental para develar las claves de su método. Qué es la "alimentación slow" y por qué es clave en su longevidad.

Son pocos, viven en un territorio escaso no tan beneficiado por la naturaleza como las potencias mundiales pero mantienen vigente una cultura que les da calidad y cantidad de vida.

En 2016, Japón obtuvo el récord como el país con más longevidad del mundo. La periodista Junko Takahashi investigó el fenómeno durante años para intentar dilucidar cómo es la mentalidad japonesa que los lleva a vivir más que el resto y lo recopiló todo en su nuevo libro, “El método japonés para vivir 100 años”.

Después de una extensa recorrida a sus principales aspectos de vida, el autor concluyó que “el principal recurso natural Japón no es la tierra, ni los minerales ni el mar; son los propios japoneses”, señaló el diario El País.

Vocación por aprender

El principal aspecto destacado en el libro es una necesidad “hasta el último día” por adquirir nuevas habilidades: “Los centenarios son francos, resueltos, escrupulosos, sociales, curiosos, liberales y tienen un espíritu que les impide rendirse”.

Este rasgo es un factor que determina la longevidad: siempre los japoneses intentan superarse cada día, nunca se resignan y el empuje de su personalidad es fundamental para superar cualquier trastorno físico en la curva de deterioro fisiológico que se da después de los 80.
Valor generacional

Distinto a lo que sucede en distintas partes del mundo, los orientales desarrollan desde el primer día de su vida una suerte de admiración por sus mayores: la experiencia es una facultad muy apreciada por todos.

Por eso, los longevos son muy respetados por sus compatriotas y ellos sienten la necesidad de retribuir ese respeto de alguna manera. Lo hacen compartiendo su conocimiento a las nuevas generaciones de japoneses. Por eso es muy común que los ancianos escriban libros, hagan dibujos y le dediquen tiempo a conocer a los más chicos para tratar de instruirlos con su oratoria.

Esto, señala el Instituto Metropolitano de Gerentología de Tokio, desencadena en otra de las claves para la longevidad: el entrenamiento mental.

La mente, al gimnasio

En todos los países del mundo hay conciencia de lo importante que es entrenar el cuerpo. Bueno, los japoneses además se esfuerzan por entrenar la mente: compran muchos cuadernos con ejercicios para el entrenamiento matemático diseñados por la medicina antienvejecimiento. Eso estimula el lóbulo frontal del cerebro.

En un párrafo del libro, Tahakashi entrevista a la fotoperiodista Tsuneko Sasamoto (de 101 años). La reportera asegura que los cuadernillos de entrenamiento son útiles pero no imprescindibles: “Cada mañana hago ejercicios mentales con la ropa, intento combinar accesorios con colores para mantener el cerebro activo”.

El ejercicio físico, bien público

Así como en muchos países se desayuna con la TV en los noticieros de fondo, en Japón se distribuye por todas las cadenas de comunicación oficial una rutina de entrenamiento físico que sus habitantes incorporan desde la niñez. Se llama Calistenia y es uno de las primeras cosas que los japoneses hacen en el día.

La clave de la Calistenia es el trabajo con el propio peso de uno y la rutina breve y constante. Esto hace que no termines totalmente cansado después de los ejercicios e incluso tengas más energía durante el día.

Gracias a esta cultura de la rutina física, que convierte al deporte en salud y no en competencia, los longevos mantienen bien su cuerpo, sin músculos atrofiados y con apetito para comer e incorporar proteínas hasta su último día.

Alimentación “slow” y 80%

No hay dudas de que la buena alimentación que llevan los japoneses es un elemento central de su método de longevidad. Pero hay un detalle importante en el que repara la autora: no solo en lo que comen, sino más bien en la forma que los japoneses ingieren alimentos.

Distinto a otras partes del mundo, en Japón se utiliza una forma “slow” de comer. Es decir, se mastica muy despacio lo que mejora todo el aparato digestivo. Esto mejora la absorción de proteínas y disminuye notablemente los problemas estomacales.

Hay otro elemento importante en la forma de comer que ellos llaman “hara hachi bun me” (significa “un 80% mío”). ¿Qué quieren decir con eso? Que como se ingiere alimentos tres veces al día no es necesario llenarse por completo, hay que dejar un 20% del estómago vacío.

Qué comen

Todos siguen una regla universal: combinar los hidratos con proteína. El alimento estrella de su plato, como no podía ser de otra manera, es el pescado. Consumen 53 kg cada uno al año, casi el doble de lo que se come en otros países como Estados Unidos y España.

En la ciudada más longeva del país, Kyotango, suelen secar el pescado con sal y salvado de arroz. Aseguran que aumenta el valor nutritivo de los alimentos.

La apariencia física, secundaria

El sex appeal de cada persona no tiene ninguna injerencia en la salud. Pero sí repercute de una forma directa en el aspecto emocional y en el autoestima. Como en Japón hay muchos centenarios “hay un alto nivel de percepción de la felicidad a pesar de su deterioro físico y cognitivo propios de sus años”.

Esto les hace perder interés en lo material y en su propio aspecto físico, lo que provoca una mayor tranquilidad mental y un mejor autoestima, elemental para seguir cuidando su salud y tener una vida en armonía a su larga edad.

Via tn.com.ar

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