¿Cuándo acudir a un especialista del sueño?

viernes, 31 de marzo de 2017

A lo largo de nuestra vida la calidad del sueño puede variar por diversos factores, tanto ambientales, como por el cambio del equipo de descanso, o alteraciones en nuestra vida o trastornos médicos o psicológicos. Pese a que algunos datos indican que una de cada tres personas ha padecido un trastorno del sueño, en muchas ocasiones cuando se sufre alguna alteración en su sueño no se busca ayuda.

¿Cuándo acudir a un especialista del sueño?

De hecho, en algunas ocasiones la búsqueda de ayuda médica se realiza por otros trastornos producidos por el sueño, como, por ejemplo, accidentes. Así pues, es importante saber que existen numerosas situaciones que pueden ser  problemáticas para nuestro adecuado descanso y ante las cuales es recomendable asistir a un centro de salud o a una clínica del sueño. Sin embargo, muchas personas no saben cuándo es el momento de buscar ayuda. Por ello, en la entrada de hoy se presentará algunas recomendaciones generales como guía.

¿Duermes acompañado/a?

La primera fuente de información para determinar posibles problemas es la que proviene de los demás, ya que, en muchas ocasiones las alteraciones no se pueden percibir por uno mismo al estar dormido y sí por la persona que duerme a nuestro lado. Si dormimos acompañados en alguna ocasión podemos haber escuchado ‘Roncas mucho’, ‘no dejabas de hablar’ o ‘te mueves continuamente’.  Estas situaciones aunque comunes y anecdóticas, nos están informando de la posible existencia de un problema real de sueño. Nuestro acompañante puede percibir muchos ronquidos, movimientos de piernas continuos o incluso que nos quedamos sin respiración (como si nos asfixiáramos). Cabe prestar atención a esta información, ya que, a menudo, puede ser la primera fuente para iniciar una evaluación del síndrome de apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, somniloquio, etc.

¿Y si dormimos solos?

Si por el contrario dormimos solos, puede ocurrir que nos despertemos con sensación de asfixia, que nos cueste mucho iniciar el sueño (tardamos más de una hora de forma sistemática para dormirnos) o que tras un despertar nocturno sea imposible volver a conciliar el sueño. Además, podríamos sufrir continuos despertares durante la noche o que percibamos que nuestro sueño ha sido ‘muy ligero’. De la misma forma si o si el tiempo de sueño habitual varía drásticamente produciendo una reducción notable, sería interesante acudir a un profesional para evaluar si la situación es clínica y tratarla.

Cansancio diurno

Por otro lado podría ocurrir que no percibamos ningún problema en la noche, pero que durante el día nos sintamos cansados, somnolientos o necesitemos el consumo de cafés o bebidas estimulantes para sentirnos despiertos. En estos casos es posible que exista un problema de sueño que podría desembocar en otros problemas diurnos (como la falta de eficacia en el trabajo, la irritabilidad con las personas con las que tratamos, ansiedad, etc.).

Por tanto, es importante buscar la causa de nuestros problemas de sueño, ya sean ambientales (calidad de nuestro colchón, temperatura de la habitación, niveles inadecuados de luz o exposición a sustancias no favorables), o intrínsecos (padecer realmente un trastorno del sueño).

Dormir bien mejora nuestra calidad de vida

Tener un adecuado descanso es un pilar básico de nuestra salud y nuestro rendimiento diurno. Afortunadamente la existencia de un adecuado diagnóstico es un marcador de un mejor tratamiento. Además, en muchos de los trastornos si el diagnóstico se realiza con poco tiempo tras la aparición de los síntomas el tratamiento será más eficaz. Por ello, es muy importante acudir a un especialista que evalúe nuestra calidad de sueño, ya que influye directamente en nuestra salud.

Via grupolomonaco.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

entradas populares