La guía definitiva para prevenir y tratar el resfriado (sin fármacos)

jueves, 21 de noviembre de 2013

La llegada del frío se ha hecho de rogar, pero esta semana han bajado las temperaturas en toda España, han llegado las primeras nieves, han vuelto a encenderse las calefacciones… Y han llegado los catarros.

El resfriado común es la enfermedad más extendida por todo el mundo y la que afecta a más personas, pero, al estar causado por una inmensa variedad de virus –más de 200–, es muy difícil de tratar. De hecho, a día de hoy, el catarro es incurable.

En general, el resfriado común dura entre 3 y 10 días y, pasado este tiempo, nuestro propio sistema inmunológico acaba con los virus. Mientras tanto, lo único que podemos hacer es tratar los síntomas, que son muy variados: estornudos, secreción nasal, dolor de cabeza, goteo y congestión nasal, ojos llorosos, picor, dolor o fle

El pasado octubre un grupo de científicos de la Universidad Wisconsin-Madison (EEUU) publicó un modelo en tres dimensiones de uno de los virus del resfriado: el rinovirus C (que causa casi la mitad de los catarros en niños). Sus conclusiones fueron claras, si se quiere combatir habría que diseñar un tipo totalmente nuevo de antiviral. “Es diferente, y tendremos que seguir caminos diferentes”, aseguraba la bioquímica y autora principal del estudio Ann Palmenberg.  La investigación muestra de nuevo que, pese al esfuerzo de las farmacéuticas, es muy díficil encontrar un medicamento que sea eficaz contra el catarro en conjunto. Y, en cualquier caso, hasta la fecha no existe.

Más vale prevenir que curar

Aunque con la llegada del frío se multiplican los catarros, no es el frío el que los causa, sino los virus, que se trasmiten con más facilidad cuando descienden las temperaturas y se seca el ambiente. Con el frío, además, disminuye la secreción de mucosidad de la nariz y la boca, que ayuda a contener los patógenos.

Hay que apuntar también que los virus del resfriado son muy contagiosos y en invierno tienen una clara ventaja en su cometido: como nos pasamos el día en espacios cerrados la facilidad de contacto es mayor.

El virus se contagia entre el segundo y cuarto día a partir del inicio de los síntomas y lo trasmitimos al hablar, al toser o al estornudar. Es por ello que unas correctas medidas de higiene, como lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, usar pañuelos al estornudar y ventilar a diario las estancias de la casa, son indispensables para evitar el contagio. En definitiva, si nuestro hijo tiene un catarro, y no queremos que nos lo pegue, es mucho más eficaz asegurarnos de que se lava bien las manos que darle una aspirina –que no hace nada contra el virus–.

Por lo demás, lo único que podemos hacer para evitar el contagio es alejarnos lo máximo posible de las personas que padezcan un catarro, algo que en una gran ciudad es casi imposible; evitar los cambios bruscos de temperatura, que facilitan el trabajo a los virus; no fumar ni exponerse al humo del tabaco, porque irrita las mucosas de las vías respiratorias; y descansar como es debido, pues la falta de sueño y el estrés debilitan el sistema inmunológico y facilitan el ataque de los virus.

Paliando los síntomas

Por desgracia, por muy cuidadosos que seamos, la posibilidad de que tengamos un catarro en invierno es elevadísima: la mayoría de personas contraen el resfriado común una vez el año. La buena noticia es que, si somos cuidadosos y seguimos una serie de normas, los síntomas del catarro pueden ser llevaderos y, prácticamente, podemos hacer vida normal.

En torno al resfriado común hay mucha mitomanía, mucha falsa tradición (“mi abuela se curaba el resfriado con…” tiene múltiples versiones no siempre eficaces) y bastante desinformación, pero es cierto que las pastillas sirven de poco. Los analgésicos pueden ser útiles, sobre todo si tenemos fiebre –que no suele superar los 38º y no siempre aparece–, pero en ningún caso sirven para curar el resfriado.

Lo que bajo ningún concepto debemos tomar para tratar el catarro son los antibióticos. El resfriado común está causado por virus, no por bacterias, que son a las que atacan los antibióticos. La automedicación con estos no sólo es inútil contra el catarro, además puede causar un debilitamiento del sistema inmune del paciente, agravando el resfriado, y provocando una resistencia en las bacterias que, más adelante, harán frente a los antibióticos cuando realmente los necesitemos.

El confuso papel de los suplementos vitamínicos

Los científicos han discutido enormemente el papel de ciertos productos como la vitamina C, la vitamina D o el cinc en el tratamiento del resfriado y, por desgracia, no han llegado a ninguna conclusión prometedora al respecto.

La vitamina C parece acortar algo la duración de los resfriados en personas sometidas a mucho estrés (un 8% en adultos y un 18% en niños, según un estudio de la Universidad de Helsinki publicado el pasado febrero), pero según una revisión de estudios australiana no sirve para prevenir la aparición del resfriado, como mucha gente piensa cuando toma zumo de naranja.

Según una revisión de estudios realizada por la Biblioteca Cochrane, el cinc puede reducir la severidad de un catarro y su duración. Los resultados indican que tomar éste como suplemento durante las primeras 24 horas después de la infección por el virus ayuda a reducir el tiempo de curación. Parece que el cinc podría unirse al virus y dificultar que éste infecte las células del huésped. Pero los resultados tampoco son para tirar cohetes, máxime teniendo en cuenta que en altas dosis el cinc es tóxico y que, además, según un grupo de investigadores canadienese, la calidad de la evidencia demostrada "es moderada" y no parece tener un efecto apreciable en los niños.

Por su parte, se ha estudiado el efecto que la vitamina D podría tener sobre el resfriado, ya que unos niveles bajos de ésta en el plasma sanguíneo se asocian con un mayor riesgo de contraer un catarro, pero aún no se ha determinado si esta asociación es causal. Todo apunta a que los suplementos de vitamina D no ayudan ni a prevenir los refriados ni a reducir su gravedad.

    Remedios caseros pero eficaces

Como se puede observar, el tratamiento del resfriado es mucho más complicado de lo que creemos, y médicos e investigadores no acaban de dar con una cura siquiera parcialmente eficaz. Sólo nos queda, pues, recurrir a ciertos remedios caseros que, si bien no van a acabar con nuestro resfriado, pueden aliviar los síntomas. Estos son los más eficaces.

    Gárgaras de agua caliente con limón o miel

Hacer gárgaras es una medida barata y sencilla para aliviar el dolor de garganta. El limón y la miel suavizan y humedecen ésta. Lo que no es adecuado es tomar leche con miel, otro remedio popular muy extendido, ya que los lácteos contribuyen al aumento de mucosidad.

    Realizar lavados nasales con suero fisiológico

Estos lavados son útiles para el control de la obstrucción y el aumento de la mucosidad. Si no se dispone de suero, también pueden realizarse con agua con sal (aunque en niños es mejor usar el suero). En las farmacias se venden descongestionantes nasales que pueden ser útiles en las primeras fases del catarro, pero no debemos extender su uso, ya que tienen efecto rebote. En ningún caso debemos emplearlos más de dos o tres días seguidos.

    Beber gran cantidad de líquidos

Los líquidos ayudan a eliminar la mucosidad, previenen la deshidratación y alivian el dolor de garganta. Son eficaces los zumos, el agua, las sopas y las infusiones, aunque basta con beber suficiente agua. Lo única bebida que debemos evitar es el alcohol. En un primer momento, parece calentarnos, pues tiene un efecto vasodilatador, pero es una quimera: debilita el sistema inmune, lo que dificulta nuestra salida del resfriado y, además, nos deshidrata.

    Tomar vahos de eucalipto y agua con sal

Es otro remedio que sirve para aliviar la congestión nasal y, además, humedece el ambiente, lo que dificulta el contagio del virus en el hogar. Pon a calentar agua con un puñado de sal gruesa, añade eucalipto (que puedes comprar en un herbolario en forma de aceite o recoger tú mismo si vives en Galicia) y respira el vapor. Cuando estés resfriado hazlo una vez al día.

    Añadir sopa a tus comidas

Los caldos ayudan al organismo a mantener la temperatura corporal adecuada y además nos hidratan (en invierno bebemos mucha menos agua que en verano, pero también la necesitamos). La sopa de pollo, en concreto, tiene también propiedades antinflamatorias y ayuda a combatir las infecciones del tracto respiratorio. Un estudio de 2008 confirma que estos efectos se pueden encontrar incluso en las sopas de sobre, aunque su capacidad para combatir el resfriado varía notablemente entre marcas. Cuantos más vegetales incluyan, mejor.

    Cocinar con jengibre

El jengibre, aunque no se usa demasiado en España, es quizás el mayor aliado contra el frío. Aunque tradicionalmente se ha usado sólo para la elaboración de dulces, puede añadirse a los asados, los guisos, o cualquier infusión o zumo. Tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes, por lo que es recomendable su consumo frente a cualquier tipo de afección respiratoria, ya sea catarro, gripe o una simple inflamación de la garganta.

Via elconfidencial.com

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