La artritis también afecta a niños y adolescentes

jueves, 9 de octubre de 2014

Los jóvenes, por lo general, son muy activos, pero esa movilidad puede verse limitada por la existencia de la artritis idiopática juvenil, enfermedad que al principio no refiere dolor aunque inflame una o varias articulaciones. Conozca qué hacer en estos casos y cuáles son las alternativas para su tratamiento

Cuando un niño se cae una y otra vez no necesariamente se debe a problemas mecánicos, puede suceder que tenga inflamada alguna de sus articulaciones, principalmente las rodillas y las caderas, aunque no manifieste dolor. Es importante que los padres observen esos cambios en sus hijos, sobre todo en edades en las que son muy activos, ya que pudiese tratarse de una artritis idiopática juvenil (AIJ).

El pediatra es la piedra angular al ser quien revisa la evolución física del niño y del adolescente; sin embargo, 50 % de los casos de AIJ pueden llegar a la adultez sin presentar signos ni señales; además, se trata de una patología que no es muy común y cuando se presenta en esas edades no es fácil de definir y diagnosticar.

"La reumatología no es fácil y los casos de artritis idiopática juvenil tampoco lo son. Presentan picos de incidencia, podemos verla entre los cuatro y siete años de edad y entre los 10 y los 12, hasta los 16 años. Es una enfermedad crónica que se caracteriza por la inflamación persistente (al menos seis semanas) de una o varias articulaciones, por causa desconocida. Puede tener afectaciones pasajeras o persistentes, afectar el crecimiento del hueso y producir limitación articular en el niño y en el adolescente, quienes tienen dificultad para realizar actividades cotidianas", explica la doctora Yelisa Finol de Briceño, médico internista, reumatóloga y presidenta de la Sociedad Venezolana de Reumatología.

Existen varios tipos de artritis idiopática juvenil según la cantidad de articulaciones comprometidas:

- AIJ oligoarticular: Afecta a cuatro o menos articulaciones y es frecuente en niñas durante las primeras etapas de su vida.

- AIJ poliarticular:

Compromete a más de cinco articulaciones, se ha observado en niños en edad escolar y adolescentes.

- AIJ con entesitis: O inflamación de los puntos de inserción de los tendones en los huesos, casi siempre se diagnostica en varones mayores de seis años, quienes manifiestan sentir dolor en esa zona.

También están estos tipos de AIJ:

- Forma sistémica: Aquella que presenta expresión articular y manifestación extra-articular, fiebre, salpullido, hígado recrecido, ganglios linfáticos.

- Artritis factor reumatoideo positivo.

- Artritis factor reumatoideo negativo.

- Artritis psoriática.

¿Es una enfermedad hereditaria?
"Hay un sustrato genético muy importante, pero no es el único factor. El código genético nos hace tener mayor predisposición a tener la enfermedad y estar expuesto a virus o bacterias puede favorecer su desarrollo; de hecho, se ha asociado mucho con el virus Epstein Barr El hábito de fumar también influye y si el adolescente fuma y tiene el sustrato predisponente, activa el mecanismo", subraya la reumatóloga.


¿Cómo tratarla?
La evolución de la AIJ es diferente a la artritis de los adultos. La buena noticia es que 50 % de los casos infantiles se trata y, luego, hace remisión de la enfermedad; hay otros niños que ameritan un tratamiento crónico. El tratamiento debe ser con un equipo multidisciplinario integrado por el pediatra; el reumatólogo con especialidad en tratamiento de niños, niñas y adolescentes; el médico fisiatra para actuar en la prevención de la inflamación crónica de las articulaciones; y el psicólogo, porque esta enfermedad tiene un componente psico-emocional que está muy relacionado con el sistema inmunológico.

El tratamiento debe colocarse de forma temprana y oportuna para prevenir discapacidades sintomáticas. Incluirá antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) - estos fármacos no evitan la evolución de la enfermedad-, y fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (DMARDs, por sus siglas en inglés). Los corticoesteroides también son recomendados, sirven para tratar el dolor y la inflamación, pero no deben ser utilizados por largos períodos de tiempo en niños por los efectos secundarios que producen sobre el crecimiento. Si no hay remisión de los síntomas existen los medicamentos de remisión o inmunomoduladores y los medicamentos biológicos, siendo estos últimos los que han revolucionado la reumatología por su alta eficacia.

"La terapia dio un giro de 180 grados con el uso de los biológicos que, bien utilizados, cambian la vida. Venezuela tiene una gran experiencia en el uso de los medicamentos biológicos y la seguridad que tenemos en su uso no la tienen otros países. Son fármacos costosos y no se les puede colocar a cualquier paciente", destaca Finol. Existen biológicos aceptados para tratar la AIJ que pueden utilizarse a partir de los dos años de edad.

Cabe destacar que durante el tratamiento con biológicos no deben administrarse al paciente vacunas de microorganismos vivos atenuados (sarampión, parotiditis, fiebre amarilla, rubéola), porque se aumentan los riesgos de infección.

Cuidado con los ojos
Advierte la especialista que a las niñas y niños con artritis idiopática juvenil hay que hacerles exámenes de anticuerpos antinucleares y un examen oftalmológico para descartar escleritis y espiescleritis, ya que se producen anticuerpos que van a ir contra las membranas de la esclera y se produce una inflamación del ojo muy importante.

"Además de las pruebas de laboratorio (hematología, estudios inmunológicos, etcétera), el examen físico, el interrogatorio tanto al paciente como a sus padres, la radiología, la resonancia o el eco, si el reumatólogo ve que el niño tiene los ojos rojos se le pide una evaluación oftalmológica, porque al tener problemas oculares ese es un compromiso de mal pronóstico, un signo y un síntoma, ya que el niño se va a quejar de ardor, prurito y molestias con la luz", agrega Finol.

Como siempre, debe hacerse una evaluación integral para conocer con exactitud el estado de salud del niño o adolescente, poder diagnosticar correctamente y establecer un tratamiento oportuno y adecuado, antes de que la artritis se haga persistente y produzca un daño articular que amerite el reemplazo de la cadera y rodilla, entre otras articulaciones.

Via estampas.com

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