El Tumo

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El Tumo: combate el frío con tu mente

La meditación permite al cuerpo resistir el frío en ambientes gélidos.

‘El frío es psicológico’. ¿Quién no ha oído nunca esa expresión? Una doctrina secreta del yoga tibetano llamada Tumo demuestra que esa afirmación no es totalmente incorrecta.

El Tumo es una práctica cuyo objetivo es aumentar la resistencia al frío a través de la meditación y el ejercicio.

Los que practican esta técnica son capaces de aguantar desnudos en un ambiente gélido. La práctica consiste en captar el calor psíquico del aire e introducirlo en el cuerpo. Posteriormente, esa energía se convierte en calor mediante la visualización en la mente de una esfera de luz muy cálida, la cual reside en el interior del cuerpo y está constituida por la sensación vital de frío que producen las bajas temperaturas.

Ese calor, representado por la esfera, es lo que el practicante del Tumo debe repartir por todas las áreas de su cuerpo impidiendo que se congelen.

Pero no cualquiera puede hacerlo, ya que es necesario el conocimiento de técnicas precisas de respiración, relajación, concentración y ejercicio.



El tumo y el ascetismo

El objetivo del ascetismo es la purificación del cuerpo y el espíritu a partir del aislamiento y de la capacidad de prescindir de los bienes materiales y superficiales. La ropa podría ser en el Tumo uno de esos bienes materiales prescindibles para la resistencia del frío en una comunión espiritual con la naturaleza.
De hecho, el Tumo nace como una técnica de origen ascético que realizaban los practicantes avanzados del yoga, con la finalidad de sobrevivir en grandes alturas al aire libre, a muy bajas temperaturas y sin ropa. Actualmente se sigue practicando Tumo, y sus aprendices ejercitan dichas técnicas en el gélido ambiente del Tibet.

La imaginación es el poder

Aunque no se ha demostrado que esa práctica pueda ser infalible contra el frío, es posible ver a algunos tibetanos desnudos, sentados en posición de loto sobre la nieve meditando y consiguiendo resistir el frío envueltos en una sábana mojada en aguas heladas. Lo increíble es ver cómo consiguen evitar que se congele su cuerpo y cómo la sábana se seca con el calor que emiten.

El invierno llega pronto y con él se acerca el frío. Para las personas que no se conforman con el chaquetón de lana, o para aquellas que no soportan las bajas temperaturas, la meditación puede ser una buena aliada. Y no solo para combatir el frío, sino para combatir el estrés y la ansiedad que atormenta a tantas personas mediante un método natural y sano.

Fuente revisionmedica.es

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