La ortodoncia infantil para corregir dientes mal colocados
jueves, 20 de enero de 2011
Tras la sustitución de los dientes de leche las nuevas y definitivas piezas dentales no siempre adoptan una colocación correcta.
Esto puede ser debido a causas hereditarias aunque ciertos malos hábitos también pueden ayudar a que esto se produzca: morderse las uñas, chuparse el dedo o morder objetos con los dientes pueden dar pie a esta incorrecta colocación.
Aunque muchos puedan pensar que los dientes descolocados sólo son importantes a nivel estético, lo cierto es que traen muchas más consecuencias negativas que lo que a priori se pueda suponer. Dolores de cabeza, mayor tendencia a las caries o desajustes maxilares sólo son una muestra de todos los problemas que acarrea. La solución para estos casos la tiene el odontólogo que nos aconsejará la ortodoncia que mejor se ajuste a las necesidades de nuestro niño.
La más efectiva son los brackets que, dependiendo de cada caso, se utilizarán con distintas funciones. Por un lado está la técnica lingual donde estos son colocados en las piezas traseras de los dientes y, por lo tanto, quedan ocultos. Existen también los no-níquel, sobre todo para aquellos que presentan alguna alergia al metal, para ello se fabrican de diversos materiales como la fibra de vidrio o la cerámica. Pero sin duda el más novedoso y que anda arrasando en toda boca que se precie son los brackets transparentes que, apenas, se perciben.
Para iniciar el tratamiento es importante hacerlo lo más pronto posible ya que resulta mucho más fácil alinear los huesos infantiles que los de adulto. Una buena edad es empezar a los 8 o 9 años y, aunque depende de la valoración del odontólogo y de las necesidades específicas del paciente, el tratamiento suele durar unos 24 meses aproximadamente.
Vía elbloginfantil.com
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