Alrededor de los seis meses y hasta que cumplen los dos años aproximadamente, los bebés atraviesan una etapa en la que sienten miedo a los extraños.
Como los demás miedos infantiles es un estado natural que favorece la adaptación del niño al entorno y le ayuda a evolucionar, y por supuesto, es un comportamiento que debemos aceptar sin forzarlos a aceptar a las personas que rechaza.
Muchos padres se angustian al ver el llanto desconsolado del niño al dejarlo en brazos de un extraño, o incluso de personas conocidas con las que hasta hace poco el bebé se encontraba a gusto.
El miedo a los extraños es algo normal. Mientras que algunos niños están encantados de ir de brazo en brazo, hay otros más tímidos que en alguna etapa de su desarrollo prefieren estar solamente con las personas de su máxima confianza. Es cuestión del temperamento de cada niño y hay que respetarlo.
El miedo a estar con personas que no son mamá o papá (a veces sólo mamá) surge en la etapa en la que el bebé empieza a sufrir la conocida como angustia de separación. El bebé no tiene noción del tiempo ni del espacio, y al salir su madre de su campo visual siente un profundo miedo al abandono. El niño no es capaz de entender que mamá ha ido al baño y que vuelve en menos de cinco minutos. Simplemente su madre se ha ido y siente miedo.
Algo similar es lo que sucede con los extraños. Desde muy pequeños los niños reconocen a sus padres por el olor, por la voz y alrededor de los cuatro meses ya son capaces de reconocer las caras de sus familiares más cercanos. Sabe que son las personas que cuidan de él, que atienden sus necesidades y le brindan cariño.
Como es normal, cuando estas personas no están cerca o se aproxima demasiado un desconocido el bebé se siente desprotegido y empieza a inquietarse. Aunque no exista un peligro real, el niño empieza a llorar desconsoladamente, sobretodo cuando la conducta del extraño es intrusiva o impone un contacto físico que el niño no desea.
¿Hasta cuándo sienten miedo a los extraños?
En torno al año y medio el miedo a los desconocidos va desapareciendo poco a poco, pero no es raro encontrar niños con tres años que todavía tienen miedo a los extraños.
Procura que tu bebé se vaya acostumbrando de a poco a las nuevas situaciones, que no sea abordado bruscamente por personas desconocidas. Es importante darle seguridad al niño cogiéndole en brazos, en ningún caso minimizar su miedo ni forzarle. Al establecer un vínculo seguro con el niño, desde los brazos de su figura de apego (mamá o papá) será más fácil interactuar con los demás. Se ha demostrado que los niños que están con sus padres al mismo tiempo que en presencia de desconocidos, se asustan menos que si están solos con los desconocidos.
Fuente: bebesymas.com
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