La presión arterial se define como: la acción del corazón cuando ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo.
La presión máxima se obtiene con cada contracción del corazón y la mínima con cada relajación.
La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular para hacer frente a ese esfuerzo que está realizando.
Pero este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y nos puede producir insuficiencia coronaria.
Además podemos tener otros problemas, el músculo cardíaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
Para obtener un diagnóstico, es sencillo, se basa en procedimiento de medición aunque en algunos casos son necesarias otras pruebas complementarias como por ejemplo: el holter de presión arterial.
Para finalizar los estudios, es necesario realizar también un análisis de laboratorio que incluya de sangre y de orina y un electrocardiograma.
En caso de tener presión elevada tanto de la máxima y/o mínima se recomienda realizar una visita a tu médico de familia y también seguir los siguientes consejos:
No fumar. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Evitar el consumo en exceso de alcohol.
Mantener un peso equilibrado.
Realizar ejercicio físico con regularidad.
Disminuir al mínimo el consumo de sal y también los alimentos
que lo contengan.
Es de gran ayuda aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales.
Utilizar aceite de oliva crudo.
Incrementar la ingesta de aves y pescado.
Fuente: blogellas.com
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