Es una enfermedad frecuente, pero no siempre provoca síntomas. Los más comunes son:
Dolor de intensidad variable que cada vez hace su aparición antes.
Rigidez a iniciar el movimiento tras un tiempo en reposo
La rodilla se hincha y tiene calor
La curación no es posible, si bien se pueden controlar los síntomas. Es importante que usted colabore para disminuir su incapacidad a los mínimos posibles, contribuyendo a su movilidad.
Mantenga un peso adecuado para no cargar el peso del cuerpo en sus rodillas.
Realice ejercicio con asiduidad. Sea paciente y no espere resultados inmediatos.
Vivir con artrosis de rodilla
Reducir la rigidez
Con el fin de reducir la rigidez siéntese derecho. Doble la rodilla cologando el talón debajo de la silla y aguante la posición tres segundos. Luego estire la rodilla hacia delante durante tres segundos. Alterne esta posición durante unas cuantas veces.
El calor alivia la rigidez. Puede utilizar una manta eléctrica.
El frío puede aliviar un brote de dolor, pero no lo aplique directamente sobre la piel.
Aumentar la fuerza muscular
Con el fin de aumentar su fuerza muscular siéntese con ambos pies apoyados. Levante un pie hasta poner la pierna recta. Mantenga la posición seis segundos. Baje con suavidad la pierna y relájese. Repita entre cinco y quince veces. Cuando lleva unos quince días realizando este ejercicio podrá pasar a colocarse un peso de un kilo atado al tobillo.
Tratamiento farmacológico
Existen fármacos que puden ayudar a controlar el dolor disminuyendo la inflamación: analgésicos y antiinflamatorios que se administran por vía oral, tópica o en forma de infiltraciones, inyectados en la articulación. Siga las recomendaciones de su médico.
Via blogdefarmacia.com
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