En el acto de caminar y en el de correr intervienen los mismos grupos de músculos y las mismas funciones realizadas con intensidades diferentes.
Sin embargo, tradicionalmente se ha tendido a considerar que correr es mucho más eficaz como ejercicio físico que caminar, a igual distancia recorrida.
Ahora, no obstante, los resultados de una nueva investigación indican que caminar deprisa puede reducir el riesgo de hipertensión, de exceso de colesterol y de diabetes, tanto como puede hacerlo el correr.
El equipo de Paul T. Williams, de la División de Ciencias Biológicas en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en California, Estados Unidos, analizó a 33.060 personas corriendo y a 15.045 caminando.
Los investigadores encontraron que la misma energía usada para caminar a paso apretado (un ejercicio físico de intensidad moderada) y para correr (un ejercicio de alta intensidad) generó reducciones similares en el riesgo de tener presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y posiblemente enfermedad coronaria, en el trascurso de los seis años de seguimiento hechos en el estudio.
Caminar a paso apretado puede aportar beneficios para la salud comparables a los de hacer footing. (Foto: Debora Cartagena / CDC)
A diferencia de estudios anteriores, los investigadores evaluaron el consumo energético de caminar y el de correr, por la distancia recorrida, y no por el tiempo empleado en la actividad física.
Sin llegar a niveles extremos de actividad física, en general se puede decir que cuanto más se corra o se ande, mejores serán los efectos para la salud. En el estudio se constató que si la cantidad de energía gastada era la misma en los dos grupos, entonces eran similares los beneficios para la salud.
Via noticiasdelaciencia.com
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