El envejecimiento es un proceso de deterioro anatómico y funcional inherente al proceso de la vida, que se relaciona íntimamente con el paso del tiempo. Definimos el envejecimiento en general como el proceso degenerativo de todos los órganos de naturaleza multifactorial que antecede a la muerte. Esto implica que el patrón de envejecimiento es el resultado de la combinación de factores genéticos y no genéticos muy diversos y aún poco conocidos.
Todas las evidencias sugieren que el envejecimiento es el resultado de la acumulación de errores moleculares, propagados y amplificados por el paso del tiempo. En el envejecimiento cerebral se ha observado una disminución de las funciones cognitivas, sobre todo de aquellas relacionadas con las capacidades ejecutivas, los procesos de atención y el aprendizaje y almacenamiento de informaciones nuevas. En el cerebro envejecido no se produce una afectación completa, sino de ciertas regiones que participan en las capacidades ejecutivas y de memoria reciente, con activación de mecanismos de compensación.
Durante el proceso de envejecer, las neuronas disminuyen de tamaño. Se alteran los receptores de los neurotransmisores y a su vez se produce un cambio en sus propiedades electroquímicas. Sin embargo, la presencia de placas seniles y/o ovillos neurofibrilares no son datos ligados al envejecimiento normal, sino a enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
¿Y cuáles son los problemas más frecuentes en los ancianos? La quejas más frecuentes son olvidar los nombres de objetos familiares, dificultad para encontrar la palabra que se desea utilizar, no reconocer a personas que se acaba de saludar, marcar un número de teléfono y no saber a quién se estaba llamando, abrir el frigorífico para coger algo y no saber qué se quería coger, etc. Vamos a compartimentar la memoria en tres unidades distintas: memoria sensorial (visual o analítica), memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. Se cree que los cambios en la memoria relacionados con la edad se deben a un declinar en la memoria a corto plazo. Esta se define como la habilidad para almacenar y utilizar la información simultáneamente. Mientras la habilidad para recordar la información inmediata y simple permanece relativamente intacta en el envejecimiento normal, varios investigadores han visto que la memoria de trabajo declina con la edad. La memoria a largo plazo incluye dos subtipos, la denominada memoria declarativa (episódica y semántica) y la memoria no declarativa (inconsciente, no intencional, automática). Este último subtipo incluye habilidades, aprendizaje perceptivo, aprendizaje motor y las respuestas clásicamente condicionadas. La memoria no declarativa se mantiene intacta en el envejecimiento normal, así como en las fases precoces de la enfermedad de Alzheimer. Los individuos ancianos tienen a menudo más dificultades con la memoria declarativa, tanto la episódica como la semántica (la primera antes que la segunda).
Los adultos, con la edad, experimentan dificultades en el procesamiento de nueva información, especialmente en medio de distracciones. Sin embargo, el decremento del procesamiento de la información con la edad varía dependiendo de la complejidad de la tarea. Y, a su vez, mejoran cuanto mayor es el número de claves, estrategia y práctica.
Por tanto, la exploración de las capacidades cognitivas de manera intraindividual y longitudinal junto con el soporte de pruebas complementarias, es crucial para determinar si estamos ante un proceso de envejecimiento cerebral u otro proceso.
Via knowalzheimer.com
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