Cambios que aparecerán con la edad que van a afectan la nutrición.
Aunque su cuerpo tiene una cantidad de años NO todos los órganos internos sufren los efectos de la misma edad. Una de las características o funciones del cuerpo que no cambiara con la edad es la frecuencia del pulso cuando estamos en descanso, veamos como la mayoría de los otros órganos sí pueden cambiar.
Existen otras funciones fisiológicas que si sufren importantes modificaciones y cambios NEGATIVOS, gran parte de ellos debido a las enfermedades y trastornos de salud durante la vida.
Algunos ejemplos clásicos por los que estos cambios ocurren:
Las secuelas (consecuencias) de un infarto de miocardio (insuficiencia cardiaca)
La demencia
Los efectos posteriores a cualquier proceso infeccioso agudo
Cuando ocurre la pérdida y/o la movilidad en alguna de las extremidades, etc., etc.
También de forma POSITIVA algunas funciones mejoran y cambian superando las adversidades de la edad con una buena y balanceada nutrición, ofreciéndonos una mejor calidad de vida.
Algunos cambios que obedecen con el paso del tiempo de forma universal, progresivo e irreversible en casi todos los cuerpos:
El Aclaramiento renal de la creatinina, posibles problemas renales
Cambios en la composición corporal; disminuye la masa muscular magra y aumenta el porciento de grasa. Este hecho se ha relacionado con la hipertensión, alteraciones biliares, hiperlipemia (alta concentración de lípidos en sangre), etc. El poco o casi ningún ejercicio.
También disminuye la masa ósea, especialmente las mujeres en los dos años siguientes a la menopausia, lo que redunda en una mayor fragilidad ósea y un riesgo mayor de osteoporosis.
También se produce una disminución del agua corporal total, con lo que se ven afectados los procesos relacionados con la dilución de los medicamentos hidrosolubles, la administración de diuréticos y la regulación térmica, haciendo las personas mayores más susceptibles a la deshidratación.
Todos estos cambios, independientemente de su origen, afectan de una forma u otra a la fisiología de cómo debemos nutrirnos y/o alimentarnos para cuando lleguemos a la vejez. Y hay que tratarlos o darle solución clínica lo antes posible; por lo que es preciso conocer en mayor detalle los cambios que más nos afectan en la combinación de alimentación vs la nutrición.
Veamos algunos de los cambios que ocurrirán y que debemos estar alertas:
CAMBIOS SENSITIVOS o SENSORIALES
Cambios en el gusto, el olfato, en los oídos etc., etc., debido fundamentalmente a la atrofia de las papilas gustativas, (proceso que comienza alrededor de los 50 años). La sensibilidad por el dulce o por lo salado se altera forzándonos al consumo de alimentos fuertemente sazonados o azucarados por no tener el control gustativo agudizado.
LOS CAMBIOS EN EL PROCESO DE LA DIGESTIÓN, GASTROINTESTINALES
Cambios que afectan el apetito, la capacidad de digerir y de absorber los nutrientes.
En las personas de edad avanzada, el apetito se les altera como consecuencia de las variaciones que ocurren en determinadas hormonas y metabolitos que actúan como un supresor del apetito. (Los opiáceos, colecistoquinina la hormona producida en el intestino delgado específicamente en el duodeno y el yeyuno, el área donde están las vellosidades que absorben los nutrientes y entran la vena intestinal para ir a parar a la sangre)
La pobre función de estas hormonas nos expone al riesgo de anorexia. Esta situación puede llevarnos a estados de malnutrición más o menos severa que puede agravar o generar diferentes tipos de enfermedades. Es la malnutrición proteico-energética la que se da con mayor frecuencia.
Las secreciones digestivas también van disminuyendo con la edad. Los estudios han demostrado que con la edad la actividad secretora de las diferentes glándulas responsables de la digestión disminuye su función, reduciendo la cantidad y la efectividad. También se ha comprobado que la actividad enzimática de las glándulas salivales, las gástricas, y las pancreáticas e intestinales van a disminuir. Y que la menos afectada es la secreción biliar.
La mala absorción de determinados elementos nutritivos es otro de los grandes problemas que se acarrean con la edad, los que más sufren son el CALCIO y el HIERRO. Al disminuir las secreciones gástricas en el tubo digestivo se pierde la acidez, permitiendo el crecimiento negativo de cierta y determinada flora bacteriana intestinal que secuestran los minerales como el calcio, el hierro y además el grupo de las vitaminas (B12) evitando que estos pueden ser absorbidos de forma normal.
También se ha comprobado que a cierta edad disminuye la motilidad intestinal (la acción fisiológica del aparato digestivo encargada de desplazar el contenido de los alimentos desde la boca hacia el ano), la superficie intestinal útil para la absorción y la capacidad del transporte de los nutrientes desde el intestino hasta los tejidos. Todo esto eleva un alto riesgo de trastornos de la salud que se traducen en enfermedades como la anemia, la diarrea y malabsorción etc., etc.
La pérdida de las PIEZAS DENTALES es otro gran problema que afecta directamente el proceso de la digestión. La digestión comienza en la boca, es muy importante que los alimentos queden parcialmente triturados para ser mesclados por las secreciones bucales (estas secreciones en esta época de la vida también han disminuido), para facilitar el proceso de la digestión en el siguiente tramo del tubo digestivo.
La ausencia de PIEZAS DENTALES nos obliga a limitar la trituración bucal con lo que la digestión se vuelve más difícil. Obligando a los ancianos a seleccionar algunos alimentos y rechazar otros de manera que en este proceso se ingieren alimentos suaves o blandos que a su vez no contienen la capacidad nutritiva necesaria y no ingerimos los nutrientes esenciales.
Otro grave problema es el ESTREÑIMIENTO, que afecta a más del 50% de la población de envejecientes. En este problema intervienen varios factores;
La disminución de la motilidad intestinal probablemente debido a la atrofia de la musculatura propulsora (el movimiento de lo que ingerimos a través del intestino)
La disminución de la mucosidad intestinal (por la disminución de la secreción)
La insuficiente cantidad de fibra en la dieta (para mantener limpio el área de absorción)
La falta de ejercicio físico regular, o la inmovilidad absoluta. Todo esto hace que la frecuencia de esta condición sea muy alta y continua, generando finalmente las dolorosas hemorroides.
LOS CAMBIOS METABÓLICOS
La intolerancia a la glucosa en personas que no han sido diabéticas se traduce en una alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono. Se ha comprobado que los niveles de glucemia en ayunas aumentan en 2 mg/dl (miligramo por decilitro) cada diez años. A partir de los 40 y después de cada comida el aumento de glucosa en sangre puede aumentar entre 8-15 mg/dl también cada 10 años y si añadimos la disminución en la producción de insulina por parte del páncreas, será inevitable la diabetes.
Además pueden estar implicados factores como los cambios dietéticos y la disminución del ejercicio físico, por lo que esta alteración puede acabar en una diabetes de tipo II.
LA FALTA DE ENERGÍA Y DE FUERZA, PORQUE HA DISMINUIDO EL METABOLISMO BASAL:
Existen otros posibles motivos para la disminución de la energía:
Cambios en la composición corporal, al disminuir la masa magra muscular.
La reducción en la actividad de muchos tipos celulares, con lo que el gasto de energía disminuye.
El descenso de la actividad física, la disminución del gasto de energía.
CAMBIOS EN EL SISTEMA CARDIOVASCULAR
No necesariamente tiene que ver la alimentación, es la edad el principal problema para el endurecimiento de las arterias. La edad y una dieta alta en grasa promueven la pérdida de elasticidad del tejido arterial venoso.
Cual sea la razón, esta producirá una elevación en la presión arterial (hipertensión), factor a tener muy en cuenta al establecer una dieta. Las dietas pudieran ser diferentes a otros envejecientes que no tengan problemas arteriales.
Una concentración alta de colesterol en sangre afecta al sistema cardiovascular y casi siempre este se encuentra elevado en las personas de edad avanzada. Este es un factor importante para el diseño de una dieta para personas con esta condición. (Leer la sección de cardiovasculares).
CAMBIOS EN EL SISTEMA RENAL
La función de los riñones disminuye aproximadamente en un 50% entre los 30 y 80 años. Afectando aproximadamente a un 75% de la población adulta. La consecuencia más directa es la excesiva excreción de proteínas y electrolitos por orina, de forma que el equilibrio hidrosalino se altera, la pérdida proteica en muchos de los casos nos lleva a una malnutrición. Un mal funcionamiento de los riñones nos destina a dializarnos por el resto de nuestra vida.
CAMBIOS MÚSCULO-ESQUELÉTICOS
La tendencia de nuestro cuerpo a sustituir la masa magra (músculo), por masa grasa es consecuencia normal de la edad. Hay una pérdida global de proteínas que se manifiesta tanto a nivel muscular como visceral. Una función renal deficiente será también cómplice de estos cambios (que ya hemos comentado).
Otro grave problema es la pérdida de la densidad ósea y el consecuente aumento del riesgo de osteoporosis, enfermedad muy frecuente entre la población femenina de cierta edad.
LOS CAMBIOS NEUROLÓGICOS
A niveles neurológicos estas son las condiciones más asociadas con el envejecimiento, el Parkinson, el Alzheimer y la demencia senil, que nos condicionan de manera muy severa el desarrollo de la vida y la dieta juega un papel muy importante.
Es desconocido el mecanismo y por qué se desarrollan estas enfermedades, son numerosos los trabajos investigativos que se realizan para poder conocer su origen y su curación o más bien el minimizar en todo lo posible los trastornos que nos producen ambas.
El efecto de estos trastornos mentales sobre la alimentación varía y pueden ir desde la simple manifestación de manías o “rarezas”, hasta los trastornos que incapacitan a la persona para comer por sí sola, de manera que es necesario introducir la alimentación de forma artificial.
LOS CAMBIOS INMUNOLÓGICOS a NUESTRO SISTEMA AUTO-INMUNE
El cambio se manifiesta cuando en general se disminuyen las defensas, de forma tal que los agentes infecciosos nos puedan atacar más fácilmente. Nos hacemos vulnerables a muchas condiciones y enfermedades, en estas condiciones también se afecta nuestra nutrición.
Cada día nuestras defensas naturales son más débiles e incluso, en determinadas situaciones desaparece, o ha mermado en cantidad y calidad. Esto explica la gran prevalencia de enfermedades en esta etapa de nuestra vida, porque ya no hay defensas. Si no tomamos acción lamentablemente el daño será irreversible y se acelera el deceso final.
Nadie conoce el tiempo que iremos a vivir, no importa sea corto o largo, debemos alimentarnos correctamente para vivir con calidad de vida. Y que todas las funciones de nuestro cuerpo se mantengan en un balance justo en cada órgano. (La edad física es la que aparentamos según nuestros rasgos o nuestra salud) (la biológica generalmente se expresa como un número entero de años o como un número entero de años y meses)
Es difícil recibir todos los nutrientes necesarios y esenciales en cada comida:
La Disponibilidad
Por el Costo
El manejo de los alimentos y su procesamiento
El Tiempo de cosecha y el de recogido
Las Alteraciones genéticas
Un suplemento nutricional será de gran ayuda para mantener los balances mínimos de aquellos nutrientes que no llegan a nuestro cuerpo de forma regular. La salud no tiene precio, reconocemos su valor cuando la perdemos, así que no debemos escatimar en la calidad de lo que comemos, para asegurarnos de ingerir los nutrientes necesarios y esenciales debemos suplementarnos.
Que debemos conocer sobre un buen suplemento nutricional, el historial de la compañía, los años en el mercado, su contenido y su potencia son factores a tomar en cuenta.
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