¿Tienes que hacerte una angiografía? no te preocupes, te vamos a contar en qué consiste esta prueba y cómo debes prepararte para la realización de la misma.
Qué es una angiografía
La angiografía es una prueba de rayos X que permite a los médicos estudiar los vasos sanguíneos y su recorrido.
Para realizarla se introduce un catéter, o dicho de otro modo, un cable fino y alargado, a través de los vasos sanguíneos. A través de ese catéter se administra un contraste radiopaco. Los rayos X no pueden atravesar ese elemento por lo que la placa podrá revelar todas las anomalías vasculares que pudieran existir. La duración de la prueba puede variar mucho, desde unos minutos hasta superar la hora.
La angiografía más común es la arteriografía coronaria. El catéter se introduce por la ingle o el antebrazo hasta alcanzar una de las dos arterias coronarias. Con este método se obtendrán imágenes que demuestren la apertura de las arterias.
Por lo general se utilizan medios de contraste que no produzcan toxicidad de ningún tipo para el organismo, pese a esto, no es una prueba que se realice a la ligera ya que no está exenta de riesgos. Si bien las complicaciones son infrecuentes nunca está demás estar al corriente de lo que es en sí una angiografía y que puntos debemos tener en cuenta.
¿Y cuáles pueden ser esas cuestiones a considerar? Pues, por ejemplo, puede darse el caso de que el médico crea conveniente que pasemos la noche previa a la realización de la prueba ingresados en el hospital o que, tras hacerla, permanezcamos varias horas en observación.
Lo ideal es acudir en compañía de alguien de nuestra confianza y que pueda disponer de tiempo para quedarse a nuestro lado durante las horas posteriores a la angiografía y el traslado a casa. Y luego darnos un buen festín porque no se debe comer ocho horas antes de que nos practiquen el examen.
En cuanto al tema de papeles, se recomienda que se lleve el historial médico, aunque demos por hecho que el profesional que nos atienda ya lo tendrá en sus manos. Antes de someternos a la prueba tendremos que firmar un consentimiento donde nos detallarán todos los riesgos que conlleva hacerse una angiografía que, como hemos dicho antes, son infrecuentes, pero su obligación es comunicárnoslo y nuestro derecho conocerlos.
Respecto a al embarazo, la angiografía está rotundamente contraindicada ya que tanto los rayos X o como el contraste pueden dañar al bebé. En el caso de que una mujer se encuentre en período de lactancia no se señala como algo potencialmente peligroso pero se prefiere evitar la realización de la prueba hasta después, a no ser que fuera estrictamente necesaria.
Via cosasdesalud.es
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