El control sobre nuestros hábitos alimenticios es esencial en todos los niveles del ser humano.
Muchas veces, guiados por un bajo estado de ánimo o por el simple aburrimiento, atacamos de forma compulsiva la nevera, invadidos por una sensación de pérdida de control y obsesionados por calmar esas ansias, pensando erróneamente que se calmarán con comida.
Todo esto es sólo una percepción distorsionada. Debemos aprender a controlar ese tipo de situaciones que, en la mayoría de los casos, sólo conduce a un sentimiento de culpabilidad innecesario.
En la actualidad nos encontramos este problema con bastante frecuencia. ¿La parte positiva? ¡Tiene solución!
Hoy, quería compartir con vosotros algunos trucos que utilizamos para el manejo de esta ansiedad; es algo sencillo de contar y sé que es difícil llevarlo a cabo, sin embargo, a diario me encuentro con personas que lo superan, lo controlan y aprenden a cambiar ciertos hábitos que evitan unos desequilibrios físicos y emocionales que dañan esa estabilidad que necesitamos.
- COMPRENSIÓN: es importante que seamos conscientes de nuestro problema, analicemos las causas y consecuencias de comer compulsivamente y estemos dispuestos a cambiar ciertas rutinas que nos ayuden a disminuir estos episodios, y así, encontrarnos mejor física y emocionalmente.
- TÓMATE TU TIEMPO: la comida no está prohibida, comer no es malo, sólo que en estos ataques, no comemos, devoramos. Una de las técnicas que al poner en marcha tienen resultado es tomarnos diez minutos aproximadamente para pensar en qué vamos a comer, porqué, si es realmente necesario y sobre todo pensar en las razones por las que vamos a atacar a la comida, y por supuesto, en las consecuencias de hacerlo.
Normalmente en estos episodios, perdemos el control y la capacidad de razonamiento, lo que se pretende con este ejercicio es tomar conciencia de aquello actos que vayamos a realizar.
El tiempo también es importante controlarlo en cada una de nuestras comidas. La señal de saciedad tarda aproximadamente diez minutos en llegar a nuestra consciencia, para evitar comer más de lo necesario, hay que alargar nuestras comidas, comer lentamente, masticar los alimentos sin prisa, nos ayudarán, no sólo a una mejor digestión del alimento, sino también a poder evitar ingerir más comida de la necesaria.
- ORGANIZACIÓN: cinco o seis comidas diarias saludables. Debemos planificar las horas de nuestras comidas, tener un horario regular de ellas y no saltarnos ninguna, aunque no sintamos hambre en ese momentos, debemos comer en las horas establecidas. Es muy recomendable utilizar un diario de comidas para hacernos aún más conscientes de nuestro horario, mantener aquellos hábitos saludables e ir modificando aquellos que no lo sean. Nuestro organismo agradecerá la creación y el mantenimiento de hábitos saludables
La fruta a media mañana y a media tarde sería lo más aconsejable, ya que son alimentos saludables que nos proporcionan vitaminas y muchas de ellas, tienen efecto saciante.
- HIDRATACIÓN: aproximadamente ocho vasos de líquidos al día (agua, tés, infusiones…) serían lo ideal, no sólo para conseguir un nivel de saciedad que reduzca la probabilidad de aparición de la ansiedad sino que nos ayudaría a eliminar y depurar nuestro organismo.
- COMPRAS: resulta muy útil hacer la compra en horas donde no sintamos hambre o ansiedad, ya que si fuese así tendemos a comprar más de lo necesario. El no tener “tentaciones” en casa también será uno de nuestros trucos aliados para nuestro control de la ansiedad.
Es importante entender estos consejos como trucos para controlar estos episodios innecesarios, pero si el problema persiste o aumenta, lo más recomendable es ponerse en contacto con un especialista que analice nuestro caso y nos proporcione más herramientas para superar este problema.
Via blogs.hoy.es
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