¿Son los bolsos peligrosos para la salud de la espalda?

El peso, la tipología y el material de este complemento determinan lo perjudicial que pueda ser para la espalda de quien lo lleva encima.

Llevar el bolso con una carga excesiva o colocado de forma incorrecta provoca en la actualidad problemas de movilidad en los hombros y patologías cervicales. Incuso algunas mujeres han sufrido complicaciones en codos y muñecas. ¿Cómo se puede evitar que el bolso llegue a causar una lesión? Controlando el peso.

Los expertos recomiendan que la carga que se lleva en el bolso pese, como mucho,  un 5% del peso total de la persona que lo va a llevar. Es decir, las personas que pesen 60 kilos pueden cargar sin riesgo de lesión un bolso de hasta tres kilos; las que pesen 70 podrán asumir una carga de tres kilos y medios. Es muy sencillo calcularlo.

Sin embargo, tan importante como no sobrecargar el bolso de peso es colocar correctamente los elementos que se llevan en el interior. Se trata de un sencillo ejercicio en el que hay tener en cuenta una serie de pautas:

    Colocar los objetos más pesados al fondo
    Ubicar en la base objetos planos y grandes
    Aprovechar los bolsillos para guardar los elementos más pequeños. De esta forma, estarán más ordenados y no será necesario rebuscar dentro de este accesorio para encontrarlos
    Repartir el peso, que el bolso no se gire, ni vuelque ni se vaya tambaleando si lo llevamos cruzado.

También es importante llevarlo de forma adecuada y elegir un buen material. Entre los más recomendables destacan el nylon y la lona, ambos ligeros y resistentes.

Tipología y agarre

Los bolsos que más protegen el cuello y la espalda, gracias a su tipología, son los que van cruzados, estilo bandoleras cruzadas. Si el asa es ancha y, además, acolchada, este accesorio cumple con todas las recomendaciones de los expertos que, simplemente añaden la conveniencia de llevarlo pegado al cuerpo, para evitar balanceos.

Si el agarre es más corto y se lleva colgado al hombro, los expertos recomiendan que sea un bolso de asa ancha o, al menos, tenga dos asas que puedan enrollarse a fin de tomar la apariencia de un asa más fuerte, además, afirman la conveniencia de ir cambiando el hombro en el que se coloca a lo largo del día, para evitar que los músculos que más trabajen se alarguen y/o se adquiera una postura incorrecta. 

Los peores bolsos en cuanto a salud son los que tienen forma de cartera y aquellos de asa corta que se llevan a apoyados en el antebrazo. Ambos pueden sobrecargar los tendones que llegan hasta el codo, provocando epicondilitis, popularmente conocido con el nombre de codo de tenista.

Via heraldo.es