El dolor de cabeza puede aparecer en cualquier momento y lugar, estropeando planes y actividades y representando, en muchas ocasiones, un auténtico problema que dificulta la calidad de vida. Muchas personas que sufren migrañas experimentan fuertes dolores acompañados de náuseas, vómitos y otros síntomas que resultan molestos y que incapacitan para casi cualquier actividad. Tanto las personas que experimentan dolores de cabeza puntuales, como los que sufren migrañas, pueden seguir una serie de recomendaciones antes de recurrir a los analgésicos para paliar sus dolores.
Los principales elementos desencadenantes del dolor de cabeza son los cambios internos y externos. La coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, Patricia Pozo, explica que los cambios internos “se corresponden con factores como la tensión arterial, los cambios hormonales, el ph de la sangre, o los niveles de glucosa”, mientras que los externos tienen que ver con agentes como la intensidad de la luz, la temperatura, el sonido, o el viento, es decir, aquello que se puede percibir a través de los sentidos.
A la hora de recurrir a los analgésicos hay que diferenciar si se trata de dolores de cabeza puntuales, como las cefaleas de tensión, o diarios, es decir, producidos por la migraña. Según Pozo, “en el caso de los dolores de cabeza puntuales, solemos recomendar la toma de estos fármacos, mientras que en el caso de dolores que se producen a diario, no lo aconsejamos”.
La especialista afirma que no se deben tomar más de 10 analgésicos al mes, ya que “está demostrado que ese es el tiempo en el que el cerebro tarda en acostumbrarse a cualquier rutina que pueda producir un efecto, por lo que si se acostumbra, asociará el dolor a los analgésicos y los necesitará para desaparecer, lo que crea una suerte de dependencia”. Antes de recurrir a los analgésicos, se pueden seguir una serie de pautas para aliviar el dolor de cabeza. Pozo asegura que lo mejor en estos casos es ducharse con agua fría, tomarse un café e irse a dar una vuelta:
Darse una ducha de agua fría: Según la experta, ponerse bolsas gélidas en la cabeza o darse una ducha fría es un primer paso para aliviar el dolor de cabeza.
Tomar café: Uno de los efectos de la cafeína es la contracción de los vasos sanguíneos, por lo que mucha gente ha sentido alivio cuando se ha tomado un café. Sin embargo, la especialista advierte de que esto puede ser peligroso, “ya que la cafeína es una sustancia adictiva, y si el cerebro asocia el consumo de café con la reducción del dolor, se creará una dependencia entre ambos factores”. Algunas personas que normalmente consumen grandes cantidades de café y que han tratado de reducir la dosis, han experimentado dolor de cabeza, irritabilidad y falta de concentración.
Ponerse en movimiento: Hay gente, afirma Pozo, “que frente al dolor de cabeza en estado de reposo, se ha puesto en movimiento o se han ido a caminar, lo que ha reducido o, incluso, eliminado sus síntomas”.
Consejos para prevenir el dolor de cabeza
Aunque la mayoría de los factores que causan dolor de cabeza no se puedan controlar, la prevención en otros aspectos sí que es posible. Un mal descanso continuado, así como dormir en exceso, también puede desencadenarlo. La prevención pasa, según Pozo, por “seguir rutinas a nivel de horarios y sueño, hacer al menos cuatro comidas al día, realizar ejercicio aeróbico moderado y poner filtros si hay demasiada sensibilidad ante determinados estímulos, como la luz o el sonido”.
Via dmedicina.com
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