¿Triste o deprimido? Con estas claves sabrás distinguir cuál es tu caso

jueves, 14 de abril de 2016

Sentirse triste no es suficiente para pensar que padece depresión. ¿Sabe cuál es la diferencia? Si contesta sí a dos o más preguntas, podría estar depresivo y debería consultar con un especialista 

¿Triste o deprimido? Sentirse triste no es suficiente para pensar que padece depresión. ¿Sabes cuál es la diferencia? Si contestas sí a dos o más preguntas, podrías estar depresivo y deberías consultar con un especialista.

1. ¿Se ha sentido con poca energía últimamente?
2. ¿Ha perdido el interés por las cosas?
3. ¿Ha perdido la confianza en sí mismo?
4. ¿Se ha sentido desesperanzado?
5. ¿Ha tenido dificultades para concentrarse?
6. ¿Ha perdido peso a causa de su falta de apetito?
7. ¿Se despierta demasiado temprano?
8. ¿Se nota más lento de lo habitual?Lo básico para discernir uno de otro sería ver que la tristeza es un estado y la depresión es la evolución hacia una enfermedad. Ambos mecanismos mentales funcionan de manera similar. La tristeza es, como la alegría, la rabia y el miedo, una emoción natural o primaria, no es son emociones que se aprendan, sino que nacen con el individuo, cumplen una función adaptativa al medio y, una vez cumplida, desaparecen. La depresión se trata. Con medicación prescrita por un especialista o con fórmulas y técnicas psiquiátricas para salir de ese estado de duelo, como lo denominan algunos expertos.

Las emociones mentales, por el contrario, son aprendidas, varían con el contexto cultural y, dado que afectan a nuestra mente, pueden desembocar en enfermedades psicológicas. También se denominan emociones secundarias, ya que no son más que una evolución, una transformación de las primarias; así, la rabia se transforma en rencor, el miedo se llega a convertir en ansiedad, la alegría en apego y la tristeza da paso a la depresión.Más formas de distinguir ambos conceptos: la tristeza es una emoción que se desencadena con el fin de desconectar de una situación, desconexión que obliga a analizarla y recuperar fuerzas tras la crisis que haya generado la situación. Una vez pasada o superada, se vuelve al estado natural y la crisis se remonta.

La depresión se transforma o deriva en una enfermedad mental, lo que se conoce como Trastorno del Estado de Animo (DSM-IV) que provoca que la persona no se sienta con fuerzas para hacer frente a su vida. El sujeto que la padece se siente hundido y desesperado. No es capaz de ver más allá y superar el periodo crítico. Según algunos especialistas, hay una distinción clave: «Alguien triste sigue queriéndose, lo que no quiere es lo que esta ocurriendo; alguien deprimido siente desamor por sí mismo, cuanto le rodea y además tiene una grave falta de autoestima».

Via abc.es

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