¿Es mejor dormir con la persiana bajada o subida?

jueves, 11 de agosto de 2016

El hecho de bajar la persiana para dormir o mantenerla subida durante toda la noche puede convertirse en un debate cuando compartes cama con otra persona. Al final, alguien termina ganando y la otra persona tiene que adaptarse. Pero, ¿qué es mejor para nuestro descanso?

El ruido, la temperatura y la luz pueden ser un verdadero problema para aquellos a los que les cuesta conciliar el sueño. Y no son pocos. Alrededor del 30 % de la población sufre insomnio a lo largo de su vida y en un tercio de los casos, se hace crónico, indica la Unidad del Sueño del Ministerio de Salud.

En verano, esa cifra suele aumentar: “En esta época es más fácil sufrir episodios de insomnio porque hay más horas de luz solar y por el aumento de las temperaturas. El calor afecta al sueño ya que provoca una alteración de la termorregulación corporal”, explica el doctor Alberto Sacristán, respecto a un estudio de Infito sobre el insomnio en verano.

Y esto desencadena una serie de decisiones que pueden alterar el sueño, como dormir con las ventanas abiertas y las persianas elevadas.

¿Cómo afecta la luz?

Tanto la luz como la oscuridad le dan pistas al organismo para ponerlo en marcha o inducir el sueño.

El reloj biológico del cuerpo está diseñado para que, de forma natural, nos despertemos por la mañana temprano. Pasadas 15 horas, aparecería en el organismo una situación de cansancio. Con la llegada de la oscuridad, los ritmos circadianos, espacios de 24 horas que controlan los procesos biológicos, bajarían al mínimo para asegurar el sueño.

Según el estudio Luz, Sueño y Ritmos Circadianos: Juntos de nuevo, la incidencia de la luz y la oscuridad da forma a la organización temporal de la conducta a través de sus efectos moduladores continuos sobre la función cerebral en la interacción con el sistema circadiano.

Las células de la retina detectan la luz solar y el ojo envía mensajes al cerebro para mantener los círculos de 24 horas. Se activan procesos químicos que cambian nuestro estado psicológico y el comportamiento.

Lo mejor, dormir a oscuras

A medida que la noche se aproxima y la luz disminuye, la melatonina comienza a subir, lo que hace descender la temperatura del cuerpo. Como consecuencia baja el nivel de alerta y estamos más predispuestos para dormir.

“La oscuridad estimula la producción de melatonina, hormona propia natural inductora del sueño y favorece el estado de relajación psicofísica ideal para poder dormir mejor”, comenta el Dr. Jesús Escribá Alepuz, director del Instituto de Medicina del Sueño.

Por ello es importante crear en la habitación las condiciones adecuadas para conseguir la ausencia de luz. “Dormiremos mejor cuanto mayor sea el aislamiento acústico y lumínico, aunque siempre hay excepciones y, por ejemplo, para evitar el calor excesivo, puede ser beneficioso subir persianas y abrir ventanas”, continúa.

Sin embargo, mantener las persianas elevadas o no desplegar las cortinas puede provocar que la luz artificial que invade las ciudades por la noche molesten el sueño.

“Este tipo de luz envía mensajes al cerebro para que se despierte, suprimiendo la producción de la hormona del sueño”, aseguran desde la National Sleep Foundation. De hecho, un estudio desarrollado por la Escuela de Medicina de Harvard afirma que incluso la luz de la habitación puede provocar esta reacción química.

Cuidado con el móvil, la Tablet y el ordenador

Para muchos la cama se ha convertido el lugar desde el que despedirse de las redes sociales antes de entregarse al descanso. Sin embargo, los dispositivos electrónicos tienen el potencial de romper los procesos que desencadenan el sueño.

“Los ritmos circadianos son especialmente sensibles a la luz con longitud de onda corta. Esta es la que emiten aparatos como los ordenadores y los teléfonos móviles”, apunta la National Sleep Foundation.

La recomendación de este organismo es mantener la tecnología apartada de la habitación y no estar en contacto con ella al menos una hora antes de ir a la cama. “Al cuerpo le puede llevar algo de tiempo relajarse de los efectos de la tecnología”, exponen.

En estos casos, mejor con luz

Como en todo, existen algunas excepciones que confirman la regla. Para algunas personas, sumirse en la oscuridad puede hacer del sueño una meta inalcanzable.

“Solo en las personas que padecen miedo a dormir o parasomnias muy frecuentes, como los terrores nocturnos o las pesadillas, la luz puede aportar algún beneficio al provocarles más tranquilidad, necesaria para conciliar este estado”, cuenta el Dr. Escribá.

Via lavanguardia.com

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