Cumplir con un entrenamiento físico indicado por el reumatólogo y supervisado por un profesional ayuda a recuperar la movilidad articular y contribuye al bienestar del paciente
El deterioro articular y la inflamación le causan un intenso dolor a las personas con artritis reumatoide, quienes gradualmente pierden la capacidad de moverse con normalidad.
Al respecto, la especialista en reumatología, Verónica Crespo, destacó la importancia del diagnóstico temprano, para que el médico tratante esté en capacidad de indicar una terapia farmacológica y una rutina de ejercicios que ayuden al paciente a recuperar su movilidad.
La doctora Crespo explicó que la artritis reumatoide es una enfermedad de origen inmunológico, que debe tratarse de por vida para detener su progresión, mas no es completamente curable. Debido a esto, el tratamiento físico y farmacológico se enfoca en controlar tanto la respuesta del sistema inmunitario como los síntomas que provoca, para prevenir que se deformen las articulaciones a tal punto que el paciente no pueda doblar sus dedos, muñecas, rodillas, codos, hombros, tobillos, entre otras articulaciones que pueden verse afectadas.
Asimismo, aclaró que una vez obtenido el diagnóstico, es el reumatólogo quien debe realizar una evaluación previa para determinar cuándo el paciente está en condiciones de realizar cualquier ejercicio. En este sentido, recomendó iniciar con ejercicios aeróbicos cuya intensidad debe ser baja al comienzo y puede aumentar progresivamente.
“Se trata de trabajar en conjunto, como un equipo multidisciplinario para el manejo del paciente con artritis; los reumatólogos somos los que evaluamos y hacemos seguimiento y, en caso de indicarles actividad física vendría siendo el fisiatra el encargado de diseñar la rutina de ejercicios, según el caso de cada paciente; el fisioterapeuta o un entrenador físico son los que vigilarán que los ejercicios se realicen de manera correcta.
Así se logra ayudar al paciente”.
¿Es un adiós a los ejercicios de alto impacto?
No. La especialista en reumatología aclaró que la recomendación es evitar los ejercicios de alto impacto en pacientes que no los han realizado antes; sin embargo, destacó el caso de atletas de alto rendimiento que pueden presentar enfermedades articulares y aun así cumplir con su entrenamiento deportivo, sin que esto represente un problema para su salud.
Insistió en que todas las actividades que se hagan deben estar adaptadas a las condiciones y necesidades del paciente, porque no todos son iguales o reaccionan igual ante diferentes estímulos.
No es normal que el ejercicio cause dolor
La doctora Crespo descartó que el ejercicio físico moderado les cause dolor intenso a los pacientes con artritis reumatoide que tengan bien controlada la patología. El problema puede surgir cuando la articulación está aún inflamada o la progresión de la patología deterioró los tejidos de tal manera que se dificulta la movilidad.
Beneficios de la actividad física para personas con artritis reumatoide
Mantiene la flexibilidad de la articulación.
Fortalece y tonifica los músculos.
Retrasa el deterioro del hueso y el cartílago.
Aumenta las capacidades para hacer su rutina diaria normal. Una vez que el paciente se acostumbra a realizar actividad física todos los días se sentirá estimulado.
Mejora el estado de ánimo y ayuda a dormir mejor.
Contribuye al control de peso, ya que las articulaciones de soporte como las rodillas, los talones y los tobillos no sufren tanto.
Mejora la función cardiovascular.
Produce bienestar. A nivel emocional también es muy importante el ejercicio porque se activan las endorfinas y las hormonas encargadas de producirle bienestar a la persona.
Fuente todoenalto.com
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