¿Sabrías si tienes alguno de estos trastornos psicológicos?

miércoles, 15 de marzo de 2017

Cada vez escuchamos estas tres palabras más a menudo. El estrés, la depresión y la ansiedad son parte de nuestra sociedad, pero muchas veces no somos capaces de distinguir qué es cada uno de ellos y, sobre todo, si estamos pasando por alguno de estos trastornos sin saberlo.

Estrés, ¿qué es?

Podemos estar estresados y no darnos cuenta. Eso es un gran problema.

Podemos sentirnos mal físicamente y no saber que esas molestias están provocada por el estrés. Como cada uno de nosotros siente y expresa el estrés de manera distinta, es importante observar qué síntomas tenemos y si se corresponden con estrés o no.

Me cago en el.

Puede aparecer en cualquier situación y nos hace sentir ansiosos, nerviosos...  e incluso furiosos. Las consecuencias del estrés son desde tener bajo nivel de azúcar en sangre, hiperactividad de la tiroides, un ataque al corazón, etc.

¿Cómo saber si sufrimos estrés? Los síntomas comunes son el dolor abdominal, dolor de cabeza, mareos, insomnio, falta de apetito, trastornos del sueño, cansancio, fatiga, falta de concentración, problemas sexuales, pesadillas.

¿Cómo combatirlo?

Técnicas de Respiración: hay muchas formas de respiración para calmar el estrés, pero requieren paciencia y tiempo. Se llevan a cabo mediante ejercicios de respiración abdominal, inhalando profundamente y exhalando lentamente, en varias repeticiones hasta que la sensación de estrés se vaya por completo.

Acupuntura: esta técnica consiste en detectar ciertos puntos en el cuerpo y colocar pequeñas agujas (realizada por un especialista) que ayudan a prevenir y curar del estrés mediante una serie de sesiones.

Yoga: ya hemos hablado de los beneficios de esta práctica. Con ella conseguiremos un mayor control de mente-cuerpo. Además de conseguir una buena forma física es revitalizante y relajante.

La maldita Ansiedad

La ansiedad está relacionada a la supervivencia, lo mismo que el miedo, la ira, la felicidad y la tristeza. El sentido de la ansiedad es el de advertir este peligro y preparar al organismo, activarlo, para una respuesta eficaz ante esta situación. Está demostrado que existen personas que tienen una predisposición a padecer ansiedad, es decir, que son más vulnerables a desarrollar este trastorno.

Los síntomas de la ansiedad son: hiperactividad, taquicardia, sensación de ahogo, pérdida de control, temblores en las extremidades, sudor excesivo, miedo a morir, náuseas, insomnio, debilidad o rigidez muscular, inquietud, pensamientos negativos, obsesión o problemas para comunicarse con los demás.
La maldita ansiedad nos bloquea.

¿Cómo podemos luchar contra la ansiedad sin pastillas?

Una solución rápida es hacer ejercicio. Una de las formas de tratar la ansiedad sin pastillas es el ejercicio físico, ya que le permite al cuerpo liberar el exceso de energía acumulada, al mismo tiempo que genera la liberación de endorfinas. Las endorfinas (hormonas de la felicidad) son las encargadas de aumentar la alegría.

Apuntarse a actividades que os gusten. Manualidades, baile, teatro, pintar mandalas... todo vale si sirve para que al menos durante una hora estemos concentrados en algo más que en cómo nos sentimos.

Practicar técnicas de relajación. Comienza a trabajar con la respiración, como en el caso del estrés. Practicándolas 10 minutos al día se obtienen resultados impresionantes.
 Y una vez más el yoga y la meditación volverán a ser muy buenos aliados contra la ansiedad. Tenlo muy en cuenta cuando entres en un proceso en el que cada vez te encuentras peor.

Finalmente, evita la cafeína y los excitantes. El café, el té o el alcohol no son muy buena compañeros de la ansiedad.

Depresión

Es la más "detectable". Cuando alguien está depre se siente triste, infeliz, melancólico, derrumbado... La mayoría de las personas sienten depresión una vez en su vida. La depresión clínica es un trastorno que se mantiene en el tiempo y puede llegar a convertiste en crónica, por lo que hay que tener mucho ojo con esto.

Sus síntomas son: autoestima muy baja, no poder dormir o tener mucho sueño..., cambios en el apetito (desde la ansiedad por comer todo o dejar de comer), aumento o pérdida de peso, falta de energía, fatiga, sentimientos de culpa, aislamiento, agitación, irritabilidad, dificultad para concentrarse, inactividad, abandono de la higiene personal, llorar a menudo, pensamientos de suicidio.

Sus causas pueden ser de lo más variadas aunque hay algunas que se repiten frecuentemente: el parto (muchas mujeres sufren de la llamada depresión post-parto), el ciclo menstrual y el estacional (ocurre en los meses fríos de invierno y otoño, por falta de luz solar), la muerte de un ser querido y las rupturas amorosas.

¿Cómo combatirla si aún estás a tiempo?

Para evitar tratamientos psicológicos, si aún no estamos en la fase más aguda, podremos hacer varias cosas con las que animarnos y poco a poco ir saliendo de este estado de "bajón".

Hacer más ejercicio. Al igual que en estado de ansiedad, liberar endorfinas provocará que tus hormonas de la felicidad estén a tope.

Aborda los problemas que puedas manejar. Para poder sobreponerse a los problemas más serios, es mejor abordar algo que sí se puedas cambiar. Preguntarse "¿cuáles son los pequeños problemas que obstaculizan mi vida y qué hacen que me sienta mal día tras día?". Apuntarlos en un cuaderno y afrontarlos poco a poco os hará más fuertes y más conscientes. Quizás no eran tan graves como pensábamos.

Pasar más tiempo al aire libre. Respirar aire fresco, conectar con la naturaleza y disfrutar de la luz del sol os sentará genial. Cuando sea posible, alejaos de la ciudad y caminad por bosques, parques o playas si la tenéis cerca. Si os gusta andar, haced algo de senderismo los fines de semana.

Cuidar la alimentación. Consumid alimentos que tengan propiedades antidepresivas como fruta, salmón, sardinas y nueces, así como otro alimentos altos en grasas saludables, como los aguacates o el coco.

Via buhomag.elmundo.es

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