Con la llegada del buen tiempo y las altas temperaturas, se dispara el consumo de refrescos y zumos azucarados. Sin embargo, es mucho más recomendable sustituir estas bebidas por otras mucho más saludables como el agua, los zumos de fruta naturales sin aditivos o las infusiones.
Numerosos estudios han comprobado que el consumo excesivo y prolongado de bebidas azucaradas tiene efectos muy negativos para la salud. De hecho, según investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston (EEUU), la ingesta de estas bebidas provoca alrededor de 180.000 muertes anuales en todo el mundo, de las que 133.000 se deben a diabetes, 44.000 a enfermedades cardiovasculares y 6.000 a cáncer.
Las grandes multinacionales del sector realizan campañas de publicidad muy atractivas, pero que no informan a los ciudadanos de los riesgos para la salud que tienen los refrescos carbonatados y otras bebidas azucaradas.
Tan sólo se centran en promover el consumo de la marca, dirigiendo sus campañas sobre todo a los más jóvenes, que son los que más consumen estos líquidos. Informar de forma correcta a los consumidores sobre los productos es fundamental, de ahí la necesidad de que desde los organismos públicos se pongan en marcha campañas que informen a los consumidores sobre los peligros que tiene el consumo habitual de estas bebidas, al igual que ya sucede con el tabaco.
El etiquetado resulta de gran ayuda en este sentido, al informar sobre las características nutricionales del producto. Muchas empresas ya incluyen este etiquetado en sus bebidas, algo que será obligatorio, al menos en Europa, a partir de 2016. De este modo, se podrán evitar numerosos casos de sobrepeso y obesidad infantil, generados, en parte, por el alto consumo de estas bebidas.
Los refrescos y zumos azucarados han generado una adicción creciente al azúcar, así como a otros componentes como la cafeína, lo que a largo plazo conlleva numerosos problemas para la salud:
- Son un importante factor de riesgo de padecer obesidad, ya que son bebidas ricas en azúcares. Además, la presencia de sodio provoca retención de líquidos.
- Aumento de las caries provocado por el azúcar que contienen la mayoría de estas bebidas
- Mayor incidencia de la osteoporosis, ya que el ácido fosfórico dificulta la absorción del calcio, provocando que los huesos se debiliten.
- Son adictivas, por lo que generan una necesidad constante de consumirlas.
- Muchos refrescos contienen oxalatos, que pueden provocar la aparición de cálculos renales.
- Generan insomnio y alteraciones del sueño.
- Provocan trastornos digestivos por el alto contenido en azúcares, aditivos y PH ácido.
- A largo plazo pueden provocar un mal funcionamiento del hígado y los riñones.
Via cosasdesalud.es
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