Cuando uno de los miembros de la familia es diagnosticado con una enfermedad, se generan cambios en la dinámica de todos, que pueden ser emocionales, de actividades, incluso pueden llegar a afectar la economía. La Diabetes Mellitus no es la excepción, es un padecimiento que exige cambios en los hábitos diarios, un cuidado constante y visitas médicas frecuentes.
Lo más seguro es que quieras ayudar a tu familiar pero hay que saber cómo hacerlo. A continuación te daremos algunas recomendaciones que puedes realizar para fomentar una mejor calidad de vida en un familiar que vive con diabetes:
Mantente informado. Una parte fundamental para acompañar a tu familiar es conocer por lo que está pasando, expresa tus dudas e inquietudes al médico, investiga en fuentes confiables y ponte al corriente en tratamientos, avances y formas de apoyar su salud.
Sé empático. Pregúntate con frecuencia cómo crees que te sentirías si estuvieras pasando por lo mismo que tu familiar y la forma en la que te gustaría sentir el apoyo de los que te rodean. Esto te dará una perspectiva diferente y te permitirá entender cómo siente y vive la enfermedad tu familiar.
Predica con el ejemplo. Si deseas que tu familiar tenga hábitos saludables, intenta ser congruente y ejercitar algunos de estos mismos hábitos. Ahora puede ser una buena oportunidad para comer de forma saludable, hacer ejercicio y realizarte un chequeo médico.
Rutinas familiares. La salud de una persona que vive con diabetes está relacionada con tres grandes pilares: alimentación, actividad física y seguimiento médico. Crea rutinas que apoyen estos pilares por ejemplo: vayan juntos a comprar la comida y planeen actividades al aire libre en las que puedan hacer ejercicio.
Salud emocional. Una enfermedad crónica, como la diabetes, no solamente afecta el funcionamiento físico de la persona, sino que afecta su salud emocional, a la cual se le debe dar la importancia adecuada. Es normal en ocasiones sentirse enojado, frustrado, con miedo o triste. Esto es porque se está viviendo un proceso de duelo (por la pérdida de la salud y cambio de hábitos). Pregúntale de forma periódica su sentir, expectativas y cosas que le molestan.
Respeta su independencia. Es normal que en ocasiones te sientas tentado a decidir por tu familiar, presionarlo a tomar acciones y no tomarlo en cuenta. Sin embargo, recuerda que el hecho de que tenga diabetes no debe restar su independencia ni alterar el rol que tiene dentro de la familia. Confía en las decisiones que toma, en su experiencia, personalidad y forma de ver la vida.
Monitorea. Aunque cada persona es responsable de su enfermedad, eso no quiere decir que no apoyes observando la dieta que lleva tu familiar, indícarle de forma adecuada cuando realiza alguna actividad que puede dañar su salud y posibles descuidos.
Pon en práctica estos puntos y notarás que no solamente mejorará la calidad de vida de la persona que vive con diabetes, sino la tuya también. Vivir con diabetes no es sencillo, pero cuando brindas apoyo, paciencia y respeto todo es mejor.
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Via hazcheckup.com
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