Tips para empezar a hacer ejercicio de manera inteligente

miércoles, 25 de marzo de 2015

Muchas veces has querido empezar a hacer ejercicio en serio pero hasta ahora no te lo habías propuesto de verdad. Sin embargo, ya que vas a hacer un esfuerzo para estar mejor, te recomendamos que primero leas este artículo.

Con estos tips conseguirás sacar provecho al máximo del ejercicio que hagas, y desde los primeros días notar los grandes beneficios que te aporta.

Hazlo gradualmente

No solo queremos empezar a hacer ejercicio; también queremos mantener esa fuerza de voluntad a largo plazo. Para ello no debemos ser radicales, ya que, si no, nos arriesgaremos a que nos pase lo mismo que con las dietas: Que nos cansemos y nos haga un efecto rebote.

Empieza poco a poco y no te pongas objetivos demasiado fuertes. Aumenta el tiempo y la intensidad con el paso de las semanas y los meses, y no olvides premiarte de manera saludable cada vez que superes una etapa.

Te proponemos hacerte un calendario y marcarte una evolución real del ejercicio que quieres hacer.

Que no sea un sufrimiento

El ejercicio tiene que suponer un esfuerzo, pero no debería ser un sufrimiento. Al cerebro tienen que llegarle órdenes positivas y de satisfacción, y no pensamientos de negatividad.

Por eso es muy importante que elijas, dentro de lo posible, ejercicios que te gusten o que te aporten emociones positivas. Hay quienes lo hacen apuntándose a clases que les gustan o con amigos, poniéndose música o realizando ejercicios al aire libre.

No te olvides de estirar antes y después

La parte más olvidada del ejercicio suelen ser los estiramientos, que deberíamos hacer siempre antes y después del ejercicio. Durante el esfuerzo, sometemos al cuerpo a un esfuerzo que lo contrae y, para que realmente podamos obtener resultados, deberemos estirar para prevenir lesiones y ganar elasticidad. De esta manera no solo gastaremos energía, sino que nuestra postura mejorará y las contracturas desaparecerán.

Bebe agua

El agua no solo nos quita la sed. Si sudamos y no bebemos lo suficiente, corremos el riesgo de deshidratarnos y desmineralizarnos, lo cual repercutirá principalmente en una falta de energía, entre otras consecuencias.

Lleva contigo siempre la botella. Puedes incluso prepararte tu bebida isotónica, añadiéndole jugo de limón, una pizca de sal marina y miel.
Ten en cuenta la respiración

Cuando realizamos esfuerzos importantes, a menudo nos olvidamos de lo más importante, que es precisamente la respiración. Si no respiramos correctamente nos fatigaremos, nos costará mucho más y no nos recuperaremos tan rápido.

A medida que el ejercicio sea de más intensidad, recuerda siempre inspirar y sacar el aire siguiendo el movimiento. Notarás una gran diferencia.
Vigila las malas posturas

Al hacer esfuerzos también solemos focalizar nuestra atención en algo y nos olvidamos del resto del cuerpo. Si tenemos un buen monitor o entrenador, él se encargará de corregirnos o recordarnos la postura adecuada para ese ejercicio.

Si al terminar el ejercicio estamos cansados o, más tarde, tenemos agujetas, eso es completamente normal. Lo que no es tan normal es que tengamos dolores concretos o incluso contracturas.
No descartes los masajes

Las primeras semanas tu cuerpo se irá adaptando al nuevo ritmo de manera gradual y, seguramente, tendrás molestias o te sentirás muy cansado. Puedes recompensar el esfuerzo con alguna sesión de masaje, fisioterapia, osteopatía, etc. Busca un buen profesional y deja que tu cuerpo aprenda también a relajarse.

Come proteína

La proteína es imprescindible en nuestra dieta, pero si además vamos a aumentar el esfuerzo físico, deberíamos tenerla especialmente en cuenta. La proteína, que no solo la obtenemos de la carne, te ayudará a tonificar y muscular con más facilidad.

Que no te falten en tu alimentación diaria algunos de los siguientes productos:

    Carne.
    Pescado.
    Huevo.
    Leche o derivados lácteos.
    Legumbres.
    Frutos secos.
    Setas.
    Espirulina.
    Cereal integral.

Árnica para recuperarte

Un buen remedio para deportistas es el árnica, una flor que se utiliza para prevenir y tratar lesiones y para ayudarnos antes y después de un esfuerzo.

    Crema de árnica: La puedes aplicar sobre zonas sobrecargadas o doloridas.
    Arnica Montana 15 CH: Este remedio homeopático es ideal para cuando empezamos a hacer deporte. Puedes ponerte tres gránulos debajo de la lengua tres veces al día, separados de las comidas y sabores fuertes y mentolados como el chicle o el dentífrico.


Via mejorconsalud.com

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