No existe la alergia al sol como tal. Es un término popular ,que incluye un conjunto de dermatosis, de erupciones que aparecen tras la exposición solar o incluso a veces tras la simple exposición a la luz no visible o las lámparas fluorescentes.
Según explica a Infosalus el doctor José Manuel Carrascosa, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), lo que popularmente se conoce como 'alergia al sol' en realidad incluye varias enfermedades distintas. La más frecuente de ellas es la erupción polimorfa lumínica, una reacción eruptiva que aparece en gente joven, sobre todo mujeres y que llega a afectar a un 10% de esta población.
La erupción se presenta en primavera, abril y mayo, con los primeros baños de sol y en zonas que habitualmente no están expuestas como el escote, brazos o piernas. "En la mayoría de los pacientes no es un cuadro muy grave ya que con el paso de las semanas, más exposición y el uso de protectores solares, la erupción se atenúa.
Aparece durante unos años , es la más común de estas afecciones y la que la población asocia más con la alergia al sol", señala Carrascosa, especialista del Hospital Germans Trias i Pujol en Badalona y ex-coordinador del Grupo Español de Fotobiología de la AEDV.
Otro proceso inducido por el sol es la urticaria solar, que a diferencia de la erupción polimorfa lumínica no siempre está relacionada con el verano ya que también se presenta con el sol de invierno e incluso los fluorescentes de luz.
Las personas de piel clara, de pelo rubio, y una edad comprendida entre los 20 y 30 años, y más en el caso de las mujeres que de los hombres, son las más predispuestas a sufrir alguna de estas fotodermatosis. Aunque no existe una causa identificada sí se sabe que se trata de una respuesta inadecuada del sistema inmune, en concreto una reactividad exagerada de éste.
Carrascosa señala que los mecanismos moleculares que se encuentran detrás de estas reacciones son complejos. Hay que tener en cuenta que de forma natural el organismo genera en la piel nuevas sustancias derivadas de la radiación solar ante las que el sistema inmune no debería reaccionar. De hecho, la radiación ultravioleta hace al sistema inmunológico más tolerante frente a estos nuevos elementos. Sin embargo, esta adaptación fracasa en los pacientes con erupción polimórfica lumínica, y el resultado de ese exceso de reactividad se traduce en las lesiones cutáneas características.
Este exceso de reactividad tiene su parte positiva: no existe más riesgo de cáncer de piel en estas personas; incluso podrían tener un menor riesgo dado que la mayor activación del sistema inmune podría evitar que si se generara una lesión premaligna existieran más defensas frente al cáncer cutáneo.
En el caso de la urticaria solar, algunas células cutáneas (las mismas que lo hacen, por ejemplo, tras las picaduras de mosquitos) se activan al reaccionar ante la radiación ultravioleta a través de diversos mecanismos, no todos ellos bien conocidos.
Un tercer grupo de fotodermatosis se debe a los medicamentos: antidiabéticos orales o antihipertensivos convierten a quienes los toman en más sensibles al sol y, por lo general, les predisponen a quemarse en verano con más facilidad. Esta reacción es conocida como fototoxia. Algunos fármacos, como los antiinflamatorios no esteroideos y productos químicos, como por ejemplo sustancias con efecto fotoprotector pueden, al aplicarse sobre la piel del paciente, modificar su estructura con la radiación solar y convertirse en alergénicos en un porcentaje bajo de pacientes: es la fotoalergia.
Este último proceso sería el que más se acercaría al concepto de "alergia al sol" con el que la población se refiere a todas estas fotodermatosis. Sólo que los pacientes son alérgicos en realidad a la sustancia aplicada, ya que la luz del sol lo único que hace es transformarla en alergénica.
¿POR QUÉ SE ASOCIAN A UNA ALERGIA?
La alergia aparece como resultado de una exposición a un alérgeno y en este caso sería la radiación ultravioleta la que provoca las lesiones, bien por un trastorno en la respuesta inmunológica o bien por la participación de sustancias químicas. Todas estas dermatosis son pruriginosas, eruptivas, y en algunos casos, con habones, elementos relacionados con los procesos alérgicos.
PROTECCIÓN SOLAR Y FOTOTERAPIA
La aproximación terapéutica en las fotodermatosis varía en función de la variante y de su intensidad. En el caso de la frecuente erupción polimórfica lumínica, en los casos menos graves los propios pacientes conocen el proceso y, a través de fotoprotección y de la exposición controlada, incrementan la tolerancia. Si es más intensa sí conviene hacer tratamiento y pueden emplearse antiinflamatorios tópicos (corticoides) o antihistamínicos orales. En el caso de la urticaria solar el tratamiento son antihistamínicos, fotoprotección tópica, fototerapia y antioxidantes orales.
El doctor Carrascosa comenta que es muy importante la prevención, para la que se emplean fármacos fotoprotectores, cremas de protección solar y fotoprotección oral (antioxidantes) que minimizan el impacto de la fotodermatosis y elevan el umbral de radiación necesario para ocasionar las lesiones .
"La fotoprotección tópica quizás la pongamos mal pero la oral funciona desde dentro y sólo consiste en tomar una cápsula. De momento es una ayuda a la fotoprotección tópica, pero puede acabar siendo fundamental si se desarrolla lo suficiente", señala el dermatólogo.
Puede resultar sorprendente que para tratar algunas fotodermatosis se emplee la fototerapia, que consiste en la administración controlada de radiación ultravioleta. La irradiación a pequeñas dosis, de intensidad creciente, puede permitir entrenar al sistema inmunológico y de este modo que se vaya haciendo más tolerante para que sea menos reactivo a la exposición solar. Se emplean para ello cabinas de fototerapia. "Con un poco de radiación a diario el organismo se vuelve más tolerante a las radiaciones naturales", apunta Carrascosa.
También la exposición ambiental limitada puede ayudar. Así, tres o cuatro minutos de exposición al sol al día sin protección solar puede conseguir que estas personas aguanten más tiempo al sol sin lesiones.
El pronóstico de las fotodermatosis es variable. Cuando se relacionan con fármacos mejorarán al suspender la exposición, aunque no de manera inmediata. La erupción polimórfica se produce durante unos años cada verano y mejora con el tiempo, sin embargo, la urticaria solar es más compleja y se puede padecer a lo largo de décadas ya que "al producirse con el espectro de la luz visible se da en invierno, verano, en sitios cerrados, etc. y hay que tener en cuenta que los fotoprotectores tópicos no presentan una buena eficacia en lo referente a la luz visible", concluye el especialista de la AEDV.
Via infosalus.com
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