Seguramente te sorprenda el título de este artículo. Simplemente caminando estamos ayudando a nuestro cerebro a ser más creativos y además nos sentiremos más felices.
Esto es una gran verdad.
Uno de los mayores expertos en neurología, José Ángel Obeso, director del Centro Integral de Neurociencias de Madrid así nos lo afirma. Su trabajo diario en hospitales y su contacto con personas que están pasando por procesos de depresión revelaron que caminar era muy terapéutico para nuestro cerebro.
Camina una hora al día y al aire libre
Como ya os imaginareis, la depresión y pasar largos períodos de tiempo con estrés y ansiedad, es algo que no beneficia en nada a nuestro cerebro, puesto que nuestro cerebro en este estado presenta un déficit en los procesos cognitivos básicos como la memoria, la capacidad de comprensión, la creatividad, etc. Si caminamos todos los días, todos estos problemas mejoraran notablemente.
Ahora ya no tienes excusas. Después de leer este artículo, estamos seguros de que vas a poner en práctica este remedio tan eficaz y terapéutico.
Un “cerebro automatizado” y la infelicidad
El mayor enemigo de nuestro cerebro es la rutina. El mero hecho de hacer todos los días las mismas cosas puede hacernos caer en una especie de depresión. Poco a poco, nuestro cerebro se vuelve un poco más lento.
Tendremos algunas pérdidas de memoria, ya que pocas cosas nos parecerán ya interesantes. Ante la falta de motivación, nuestra memoria se va desvaneciendo.
La rutina diaria disminuye nuestro ánimo y desánimo, afectando sobre todo a nuestro cerebro.
Día tras día, nuestro cerebro funciona de forma automatizada. No hay tiempo para el deleite y la creatividad y este funciona como si de cualquier ordenador programado se tratase. Este es un riesgo demasiado alto para nuestra salud emocional y física.
Según el Dr. José Ángel Obeso, los cerebros automatizados se presentan especialmente en las grandes ciudades, sobre todo entre aquellas personas que dedican poco tiempo a sus propias necesidades emocionales y que viven en las grandes ciudades rodeadas de contaminación y dosis muy altas de estrés.
Según el Dr. José Ángel Obeso, los beneficios de caminar no se pueden ver desde el primer día, pero cuando ya llevamos una semana con esta actividad, caminar se convierte en un hábito más de nuestra vida diaria.
Es entonces cuando comenzamos a notar sus resultados terapéuticos:
Al caminar, el cerebro no tiene que preocuparse de nada.
Caminar es fácil, todo el mundo puede hacerlo y al caminar estaremos recibiendo una dosis extra de oxígeno y del aire fresco de la naturaleza, sintiéndonos mucho mejor. Es entonces cuando comienza a ser estimulado nuestro lóbulo frontal, que esta relacionado con la creatividad y el estado de ánimo.
Si a esto le sumamos la liberación natural de endorfinas, es cuando aparece la magia. El cerebro se siente más eufórico y optimista.
La hormona llamada cortisol que aparece a causa del estrés desaparece.
Es el momento en que vemos las cosas de manera diferente. Nos sentimos más relajados, entusiastas y llenos de confianza.
El simple hecho de empezar a caminar por un espacio natural y abierto se convierte en un maravilloso acto de liberación y expansión.
Según el Dr. José Ángel Obeso, debemos buscar por encima de todo, el contacto con la naturaleza. Es como volver al vientre materno, a nuestros orígenes. No es un acto espiritual, es una necesidad orgánica si vivimos en la ciudad.
Lo ideal sería que nuestros pulmones se llenasen de puro oxígeno y que nuestros ojos vean nuevos escenarios o nuevos estímulos con los que enriquecer a nuestro cerebro.
Via remediosparaelalma.com
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