Y no es una recomendación de la abuela. Un experto psiquiatra nos habla del vínculo entre emociones como el estrés y la preocupación, con la salud del corazón
Pensar en el corazón y el cerebro como cosas separadas es un error. Al menos eso expresa la nueva tendencia en salud conocida como “Psicología Cardiaca“.
Se trata de una rama que analiza el efecto que emociones como el estrés, la ansiedad, la depresión y la preocupación tiene directamente en la salud del corazón, y cómo esos factores detonan enfermedades cardiovasculares.
Usan prepucio para generar músculo cardíaco
“Expresiones como ‘muerto de miedo’, o ‘preocupado a morir’ no son sólo una metáfora; son posibilidades fisiológicas. Cuando los pacientes con enfermedad cardiaca recién diagnosticada se deprimen, la depresión aumenta el riesgo de que sufran un evento nocivo en su corazón“, escribe el psiquiatra Srini Pillay, profesor y blogger de la Escuela de Medicina de Harvard. “Si tienes alguna enfermedad del corazón, cualquier emoción fuerte como la ira puede causar graves y mortales ritmos irregulares del miocardio”, asegura.
El experto escribe en su blog que las emociones impactan negativamente al corazón incluso si no hay enfermedad cardiaca: “Incluso en personas que no han sufrido enfermedades del miocardio, una depresión mayor duplica su riesgo de morir de causas relacionadas con el corazón”.
Cuidado: esa indigestión puede ser en realidad un infarto
Pillay, quien también estuvo a cargo del Programa de Trastornos de Ansiedad en el Hospital McLean en Massachusetts, sugiere controlar la preocupación y el estrés, no sólo para sentirte mejor, sino para relajar tu corazón. El psiquiatra sugiere comenzar a cambiar tu cerebro para tener un miocardio más saludable con estos pasos:
Busca ayuda profesional. No ignores el estrés, la ansiedad, la depresión, explosiones de ira, que te agobian. Un tratamiento efectivo te ayudará a reducir los síntomas y, por ende, proteger tu corazón y tu cerebro.
Acude a la Psicología Cardiaca. Además de la psiquiatría tradicional, programas y actividades para manejar el estrés, técnicas de relajación, biofeedback, entre otras terapias de autoaceptación y compromiso son muy útiles para evitar un evento al miocardio.
Haz ejercicio. El ejercicio aeróbico nutre tu cerebro, lo hace más rápio y más flexible. Por añadidura, reducen la depresión y la ansiedad, y mejoran tu autoestima. Trotar, nadar, caminar, bailar, andar en bicicleta, son algunas actividades recomendadas. Consulta a un profesional del deporte para encontrar la actividad y la dosis adecuadas para ti.
Via laopinion.com
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