
Quemar calorías y ser más feliz son algunos de los beneficios de este ejercicio.
"Hace rato me prometí no volver a usar un ascensor ni escaleras eléctricas, salvo cuando no haya forma de evadirlos, por eso cada día subo a pie 27 pisos para llegar a mi oficina, utilizo las escaleras fijas de los centros comerciales y estaciono lo más lejos posible mi carro, todo para obligarme a caminar más”. Esta es la premisa de vida de Álvaro Ruiz, profesor del departamento de medicina interna de la Universidad Javeriana, quien se ha convertido en una inspiración entre su círculo de colegas, amigos y pacientes porque, literalmente, mide sus pasos. Se dio cuenta de que contarlos es vida. Su meta son 10.000 diarios. Su promedio, 12.000 (en la última semana) y lo máximo que ha logrado son 23.000.
Ruiz tiene en una de sus muñecas un pasómetro, un instrumento que ayuda a contar los pasos y a motivarlo para ponerse nuevas metas. Él sincroniza este dispositivo a su celular y a una página de Internet en la que registra sus logros y los comparte con un grupo de amigos que también se dejaron evangelizar por la pasometría, “un programa que invita a caminar más y a contar cada paso para mantenerse activo y saludable”, explica Óscar Ramos, fisioterapeuta y docente de la Escuela Colombiana de Rehabilitación.
¿Contar los pasos? A simple vista puede parecer demasiado aburrido y un oficio para desocupados, pero es todo lo contrario, porque saber cuánto camina cada día le puede salvar la vida. Caminar es una actividad física ancestral y económica, quizá como ninguna otra, y es recomendada por la Organización Mundial de la Salud, gracias a sus innumerables beneficios como aliviar síntomas de depresión, prevenir el sobrepeso y la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.